La reindustrialización: la Ciudad de las TICS y la oficina de promoción industrial

DEBATE VIRTUAL: DESPUÉS DE LA PESADILLA VIENE LA ILUSIÓN: UNA NUEVA CORUÑA SE DEJA VER. LOS CUATRO CIMIENTOS PARA EL DESARROLLO METROPOLITANO.

CAP.2.-LA REINDUSTRIALIZACIÓN DE LA ECONOMÍA METROPOLITANA.

PROPUESTA: El futuro industrial del área metropolitana ha de pasar por la industria 4.0. En este ámbito hay dos importantes proyectos complementarios : la Oficina de Promoción Tecnológica Industrial impulsada por la Cámara de Comercio, y  la  Ciudad de las Tics, que es la principal apuesta de futuro para un sector que presenta importantes ventajas comparativas y tiene un amplio margen de desarrollo. Su promoción corresponde a la UDC pero, en ambos caos, su realización concierne a todas las administraciones y a las empresas involucradas. Las dos están pensadas para reducir situaciones de excesiva dependencia y para avanzar en competitividad y posicionamiento apoyándose en las fortalezas de la economía urbana actual. Son, por eso, proyectos bien enraizados en los potenciales reales actuales. Eso puede ser una garantía de éxito. 

 Más allá de la Ciudad de Servicios.

Una primera idea que conviene meditar: hablar de reindustrialización de la economía urbana coruñesa es, en este momento, hacer una apuesta por un modelo de desarrollo económico determinado. Si apostamos por la reindustrialización en sus nuevos formatos, implícitamente lo hacemos por la promoción de un sistema productivo endógeno, donde la empresa familiar siga siendo la determinante, y cuyas ventajas, ahora más que nunca, se están poniendo de manifiesto; pero también es una oportunidad para atraer inversiones productivas exógenas que amplíen y refuercen nuestro sistema productivo, rompiendo la excesiva dependencia de un solo sector o de una sola empresa. .

Esa opción preferente, aunque no excluyente, pasa por la internalización del proceso productivo, reforzando las ventajas locales en un mercado de competencia abierta y global. Naturalmente, como no es fácil competir en el coste de la mano de obra, ni en el coste de las materias primas, ni en la renta de situación terrestre, solo nos queda una opción: avanzar en conocimiento, innovación y tecnología. Y es en esa dirección hacia donde se dirigen las iniciativas mencionadas.

La realidad actual nos acaba de demostrar, una vez más, que fueron los países con una producción industrial- tecnológica fuerte los más resilientes y los más favorecidos.  Son los casos de Alemania, de China y de la propia Corea del Sur, además de los Estados Unidos. También las ciudades con una base firme en industrias avanzadas, como las alemanas por ejemplo, están siendo las mejor posicionadas para la salida. Por el contrario, las que mostraban mayor dependencia de los servicios y en particular del turismo son las que tendrán más dificultades para reposicionarse, porque ambas son actividades derivadas y supeditadas a la marcha de las orientadas a la producción, lo que las hace más dependientes y más vulnerables. Además, las actividades turísticas aunque poseen una gran capacidad para generar empleo rápido, su calidad es baja y su precariedad alta, siendo por eso menos positivas para recuperar la demanda interior, de la que por otra parte dependen. De hecho el camino ya iniciado por los empresarios metropolitanos hizo que La Coruña sea una ciudad menos vulnerable a las crisis. En una investigación que publiqué en 2018 sobre la reisilencia de las ciudades españolas a la crisis anterior, con datos del periodo 2007-14, demostré empíricamente que la fortaleza de nuestro sector privado nos situó entre los cuatro primeros lugares de las ciudades españolas. Y ahora puede ocurrir lo mismo.

En un plano más concreto, hace años que vengo defendiendo en mis estudios la necesidad de que La Coruña contara con un parque tecnológico, para promover la industria del conocimiento: primero fue en un el libro editado en 1990 “La Coruña metrópoli regional” y después, en el año 2007, en el titulado “La Coruña Metrópoli Euroatlántica”, y en un libro publicado en 1993: “Teoría de la Localización Industrial”. En todos ellos, recogía mi experiencia de haber participado en el estudio de Feuga sobre localización del parque tecnológico de Galicia realizado en 1985. No es de extrañar, con estos precedentes, que la creación de un parque tecnológico fuera tema recurrente en los debates de los diferentes ciclos del Foro Metropolitano.  Ahora por fin, aquella idea, con varios años de diferencia, pero con una versión ampliada y actualizada, se ha convertido en realidad: la Ciudad de las Tics. De ahí mi entusiasta apoyo a esta iniciativa.

¿Qué queremos decir con reindustrializar?

Cuando en el primer cuarto del siglo XXI hablamos de reindustrialización ¿de qué estamos hablando? Como punto de partida, quiero señalar la dificultad para establecer los límites entre lo que es proceso industrial y la creación de servicios productivos. Por eso, los datos estadísticos relativos al área metropolitana de La Coruña (Ardan e IGE por ej.) nos presentan, como una economía metropolitana centrada en el sector terciario, pero una parte importante de ese desarrollo terciario está vinculado con empresas y procesos productivos. De hecho, desde hace años, para paliar esa confusión, se pensó en añadir un nuevo sector económico a los tres tradicionales: el cuaternario, en el que se incluiría las actividades y empresas de la nueva economía. Según esta propuesta La Coruña y su área sería un polo de economía cuaternaria, cada vez más relacionada con los servicios profesionales y empresariales especializados y la innovación y la tecnología.

Para que se comprenda bien el alcance de esta diferenciación añadiré un ejemplo clarificador: dentro del sector terciario se incluyen desde las empeladas del hogar a los ejecutivos de las grandes empresas, de modo que en el listado de las actividades del sector terciario metropolitano suele incluirse la propia sede de Inditex. Esos datos coinciden con la percepción que en muchos ámbitos se sigue teniendo del perfil económico de La Coruña como ciudad de servicios, ya que para muchos ciudadanos se sigue identificando la industrialización con la fabricación mecánica. Hoy que estamos ya en la industria 4.0, el horizonte industrial es otro.

Si profundizamos en el caso coruñés, resultan evidente dos cosas: primero, que la mayoría de las empresas grandes y medias tienen aquí mismo su fase manufacturera, pero hay otras que han deslocalizado las fases primarias; y segundo, que muchas empresas de servicios avanzados aquí establecidas trabajan para empresas industriales de fuera. Por eso, una parte de la actividad empresarial existente en la ciudad difiere mucho de la manufactura anterior, pero sin que por ello deje de formar parte de un proceso de fabricación, que tiene en la sede sus procesos finales. Por eso, como en las económicas urbanas avanzadas ocurre, aunque la producción de bienes pueda deslocalizarse, el terciario empresarial o cuaternario se mantiene en donde está la sede central. Es el caso de Inditex. Y es en las sedes centrales donde está la creación de empleo de más calidad y las retribuciones personales más significativas. Por eso aunque aquí no se realicen las labores de cosido, tejido, etc la fase final de la producción y su colocación en el mercado se desarrolla aquí o desde aquí. Por ello, aunque los datos estadísticos engloban la actividad de nuestra empresa tractora por excelencia en el sector terciario, en realidad es la fase final de un proceso de fabricación. Por eso ¿dónde está la separación entre secundario y terciario? A veces es difícil.

En el caso contrario están aquellas empresas nacionales o multinacionales que realizan aquí una fase productiva o logística pero los trabajos centrales están localizados en otras ciudades. Entre unas y otras hay un importante número de empresas medianas y grandes que tienen aquí el proceso de producción completo: alimentación y bebidas, contract, energía sostenible, química pesada, aluminio y su trasformación, y petroquímica; además de las empresa de procesado de la pesca que cada vez son menos.

No se puede decir por eso que no tengamos una economía industrial, solo que se trata de empresas de economía avanzada, muchas de ellas en el ramo tecnológico. Pero frente a esa visión positiva de la situación, también tenemos otra menos optimista: la creciente entrada de capital exterior, principalmente de fondos de inversión y de capital vasco en particular,  que está llevando consigo la pedida de control local sobre las respectivas compañías, lo que conlleva a una pérdida de capital territorial por el efecto sede. Fue el caso de la empresa de telecomunicación R, en manos de Euskaltel; de Caamaño y de Troa. Tres empresas líderes que ahora se dirigen desde fuera. En contrapartida, en La Coruña están el 50% de las empresas tics de Galicia y somos el tercer o cuarto polo tic de España. ¿Eso no es industria? Si lo es, pero industria del conocimiento.

En conclusión, y retomado lo dicho al principio, si según las clasificaciones estadísticas convencionales somos una economía terciaria,  en realidad somos una economía cuaternaria y con un importante desarrollo de la industria tic, y, junto con lo anterior, una amplia y diversificada base manufacturera o transformadora. Y aunque habitualmente es a este último segmento al que suele denominarse industrial, el análisis de la realidad nos demuestra que en realidad la economía coruñesa es ya una economía industrial de cuarta generación.

Por eso cuando hablamos de reindustrializar La Coruña, tenemos que hacerlo en dos direcciones: en una especialización relacionada con el sistema productivo local (La Ciudad de las Tics) y en la instalación de nuevas inversiones industriales o manufactureras 4.0 generadoras de empleo de calidad (la Oficina de Promoción Industrial). Ambas constituyen dos cimientos firmes para experimentar un salto cualitativo y de competitividad en la economía metropolitana, y reducir el efecto negativo de la crisis económica derivada de la pandemia. Pocas veces la ciudad se ha encontrado a la hora de la recuperación postcrisis, con la existencia de proyectos de esta envergadura. Y esto no cabe duda que es una gran ventaja,

La Ciudad de las Tics.

Somos un polo tic en Galicia, pero también en España, lo hemos repetido muchas veces en los debates presenciales. Fue en el primer ciclo en el que presentamos por primera vez cual era la dimensión de la industria tic, entonces desconocida para la mayoría, y que ahora está generando un empleo que se acerca a los 10.000 trabajadores. En ese cómputo se incluyen organizaciones tan importantes como el centro tecnológico financiero de Abanca, el grupo de Altia, y centros de   empresas nacionales-Indra, Apple- y de algunas multinacionales que abrieron sede europea en Galicia. Se trata de todo un conglomerado de empresas de dentro y de fuera que trabajan, entre otras cosas, como proveedoras del bigdata de Inditex. Desde Sabón se gestiona la red mundial de venta on-line de la compañía y eso es un dato sobresaliente. Todo esto es una fortaleza, incluso en tiempos como los actuales, a pesar de que su dependencia del mercado exterior la tenga también en una situación de incertidumbre, pero es una incertidumbre relativa en comparación con el que presentan otros sectores.

Por eso el gran proyecto de reindustrialización de la ciudad es el proyecto de la Ciudad de las Tics, un pequeño Silicón Valley que puede actuar como propulsor del sector tics y que, dado el suelo disponible en el recinto, podría llegar convertirse en un entorno adecuado para atraer alguna de las multinacionales tecnológicas. Las sinergias del parque serian en este caso un factor de atractividad para inversores de fuera. Al igual que Google se instaló en Lisboa, o Amazon lo está haciendo en Huesca, otras multinacionales de este tipo podrían encontrar en Pedralonga una localización atractiva.

La Ciudad de las Tics es mucho más que un parque tecnológico convencional de los años ochenta,   de los que hay en todas las ciudades como una dotación de industria especializada o como un parque universitario de innovación. Destacan, en primer lugar el de Málaga, (Málaga Valley) pero también son importantes los de Bilbao (Zamudio), San Sebastián (Miramón) o Granada, este especializado en biotech. Hay otros de menor alcance, como el de Gijón que forma parte de la red asturiana, o incluso el parque tecnológico de Galicia en Ourense (Tecnopole). La Ciudad de las Tics debe aspirar a ser otra cosa, a ser la gran plataforma tecnológica y de conocimiento que el área metropolitana necesita para impulsar el empleo y captar nuevas inversiones. Surgió a partir del Centro de Investigación de la UDC en TIC junto con la Facultad de Informática, que son dos  de los cimientos más firmes del nuevo edificio. Por su importancia debe procurarse que la crisis le afecte lo menos posible en su tramitación.

Esta iniciativa, aunque en un principio no estaba en la lista, fue asumida por la Xunta de Galicia gracias al denodado esfuerzo de la UDC y el apoyo de todas las instituciones locales. Después se incluyó dentro del sistema tecnológico provincial de Galicia promovido previamente por la Xunta, con polos especializados: biotech en Santiago, automoción en Vigo, drones en Lugo, e ingeniería aeroespacial en Ourense. La Ciudad de las Tics de La Coruña propició la inclusión de nuestra ciudad en esa red tecnológica regional, a pesar de las reticencias iniciales del departamento de Industria.   Una estructura regional especializada que recuerda a la andaluza, y que hasta ahora ha dado buenos resultados, principalmente en el caso de Málaga donde tienen asiento importantes multinacionales de la tecnología y la ingeniería 4.0. Ese podría ser el espejo en donde mirarnos.

La Ciudad de las Tics, de momento está en la fase de propuesta, y aunque hay ya algunas ideas concretas hace falta desarrollar el proyecto y ponerlo en funcionamiento. El esquema actual incluye una factoría de inteligencia artificial y un centro de investigación, más otro de formación universitaria, una incubadora de empresas tecnológicas y naves preparadas para la instalación de  empresa existentes que deseen incorporarse a este ecosistema tecnológico, o para otras  nuevas que puedan estar interesadas en instalarse aquí para aprovechar las sinergias. Es sin duda, de llevarse a buen fin, la mejor utilidad que se le podía asignar a la fábrica de Armas.

Tenemos, por tanto, un excelente proyecto, se logró el impulso necesario para defenderlo, se consiguieron acuerdos con las administraciones; queda desarrollarlo y competir en eficacia, en facilidades y en innovación.  Ahora toca que todas las instituciones locales se impliquen activamente, no solo como gesto, en la Ciudad de las Tics , estando convencidos que en su planteamiento actual es más competitivo y más ambicioso que la mayoría de los  parques tecnológicos españoles. La razón: la fortaleza del punto de partida. Hay que luchar por mantener la calidad del proyecto porque la falta de ambición llevaría consigo una pérdida de alcance y de competitividad en un sector muy exigente, y en el que la ciudad está muy bien posicionada.

 La Oficina de Promoción Tecnológica Industrial.

Pero no es este el único proyecto pensado para reindustrializar la economía del área metropolitana. En este caso es la Cámara de Comercio la que está trabajando en la creación de una Oficina Tecnológica.  En su día, en uno de los debate organizados por la Asociación Metropolitana, se presentó al público general el proyecto. Tiene dos partes.

1) Por un lado, la realización de un Plan de Promoción Industrial 4.0, que es continuación del anterior plan de Promoción Industrial (Plan Pi) en el que colaboraron todas las instituciones coruñesas y sus principales empresas, pero la crisis financiera anterior aconsejó dejar en suspenso. Esperemos que ahora no ocurra lo mismo, al contrario, porque es cuando resulta más necesario. Este Plan tiene tres grandes objetivos. Por una parte, mejorar los factores básicos de localización industrial, que implica completar la dotación de infraestructuras básicas, y garantizar la conectividad interna y externa. Por otra, mejorar la coordinación institucional en materia de planificación del territorio y minimizar los trámites administrativos a la implantación de nuevos proyectos industriales. Y, en tercer lugar, mejorar la competitividad de la industria local que lo requiera para garantizar su supervivencia y mantener su localización en el área; y   alcanzar un mayor grado de proactividad en la atracción de inversiones industriales, una tarea en la que se buscará la implicación de todos los agentes relacionado con la promoción industrial del área de influencia de la ciudad, así como la colaboración de las empresas industriales tractoras más importantes del territorio metropolitano en sentido amplio. Y siempre en el marco de la industria de base tecnológica o de conocimiento, de acuerdo con las directrices del Programa de Industria 4.0 de la Xunta de Galicia.

Para ello, ya se llegó a un primer acuerdo marco con los agentes más directamente relacionados, reforzando así la cooperación público-privada que es uno de los puntos de mejora que el futuro de la ciudad tiene planteados. Si este objetivo siempre tuvo un valor estratégico, ahora cuando la reindustrialización de la economía metropolitana pasa a ser un reto básico para la recuperación económica, adquiere un valor estratégico mayor.

2) Además, el Plan contempla la creación de una Oficina de Promoción Industrial y Tecnológica de A Coruña y su Área de Influencia, encargada de coordinar e implementar el Plan. La captación y atracción de inversión industrial en el contexto de la Industria 4.0 es ahora más que nunca una acción general de impulso económico y sitúa a esta entidad como otro de los pilares estratégicos de la gran Coruña Metropolitana que salga de la crisis.  Para su creación y puesta en marcha, la entidad cameral cuenta con el respaldo de la Xunta, de la Autoridad Portuaria; la Confederación de Empresarios; de la Universidad; de la Diputación, del Ayuntamiento de A Coruña y de otros 15 concellos del área. Un área que dibuja un gran arco funcional que engloba los principales centros de actividad empresarial de la Ciudad Metropolitana del siglo XXI, y que se centra en el eje Arteixo- Laracha-Carballo. Ese es el nuevo escenario que toca planificar.

La Ciudad de las Tics y la Oficina de Promoción industrial y Tecnología cubren así los principales retos de reindustrialización que la ciudad tiene planteados para el futuro.  De su puesta en marcha y de su funcionamiento depende una parte importante de la capacidad de respuesta del entorno metropolitano a los retos de la reindustrialización. Tenemos ciudad, tenemos proyectos, y tenemos- en los promotores y en la fortaleza del entorno- potencia suficiente para conseguir el éxito esperado. Y lo tenemos porque nuestras más importantes instituciones fueron capaces de trabajar en común en iniciativas innovadoras. Y eso constituye en realidad el principal capital inicial para la innovación. Pocas ciudades españolas de nuestro tamaño pueden prestar en esta coyuntura iniciativas como estas.