Sobre la importancia que ha tenido y tiene la industria en el tejido económico de A Coruña, así como su evolución y propuestas industriales.
Hace tiempo que iniciamos el debate sobre la necesidad de diversificar la base económica de la ciudad, y recuperar el papel que la industria había desempeñado en el pasado reciente, dado que la experiencia actual nos advierte que las ciudades de servicios necesitan completar su estructura productiva para consolidar su crecimiento y generar empleo de calidad. También porque la excesiva dependencia de una gran empresa introducía un factor de vulnerabilidad económica y funcional. Ese fue el objeto de un debate organizado dentro del ciclo: Reinventar el futuro de la ciudad, que tuvo lugar en el curso 2017-2018.
Recientemente, una serie de acontecimientos supusieron de relieve esta necesidad a la hora de afrontar una nueva estrategia de desarrollo urbano: por un lado la amenaza a corto plazo del cierre de empresas como ALCOA e ISOWAT, a medio plazo los efectos que la transición energética podría tener en industrias como la Central térmica de Meirama. La política de transición energética, hace poco anunciada por el gobierno español, en aplicación de los principios europeos, marcó el inicio de una nueva tendencia que, además del caso de la térmica, puede generar a largo plazo cambios importantes en la estructura industrial de nuestra región metropolitana. Fue en este contexto cuando nos propusimos abordar de nuevo el tema, presentando una importante iniciativa que hace años había iniciado la Cámara de Comercio con la colaboración de todas las instituciones económicas y empresariales de la ciudad: el plan de reindustrialización de A Coruña y su área de influencia. Este plan tuvo una primera fase antes del desencadenamiento de la crisis financiera y en ella yo mismo participé como consultar externo. Una vez pasado el periodo crítico, el presidente de la Cámara de Comercio aceptó la propuesta de presentar dicho plan en un debate del Foro Metropolitano. Todo ello me llevó a escribir este largo artículo para que quienes estén interesados en estos temas puedan reflexionar sobre la evolución de la industria coruñesa, y de la propia ciudad, de la mano de la evolución industrial de su economía productiva.
El texto lo he organizado en tres apartados. Uno teórico, otro histórico o evolutivo y el tercero el propositivo, que contiene las colisiones operativas.
Primera parte. El papel de la industria en el desarrollo de las ciudades.
Daré comienzo a esta introducción exponiendo brevemente cuatro ideas básicas de la teoría del desarrollo urbano.
1.- Las ciudades son sistemas funcionales cada vez más extensos. Son de alguna manera ecosistemas artificiales pero vivos. Que se materializan en la formación de periferias metropolitanas cada vez más extensas.
2.- En su evolución juegan dos componentes: los ciclos del sistema económico y en particular del modelo industrial; y, de otro, la capacidad de respuesta de cada ciudad, en función de sus ventajas comparativas pero también de los liderazgos urbanos.
3.- Esa capacidad de respuesta depende, en cada momento, del potencial de la iniciativa generada por los empresarios locales, pero también de las políticas públicas, que sirven de estímulo o de acompañamiento. Por eso, la cooperación público-privada la clave del éxito en la gestión de la ciudad, y su ausencia actúa como un factor retardador. Y es esa cooperación el elemento clave de ese plan que se acaba de presentar, y que se materializa en la creación de una Agencia u Oficina para la Industrialización de A Coruña y su área de influencia.
4.- La formación de la ciudad industrial. En una primera fase el crecimiento de las ciudades estuvo ligado al de la industria: la urbanización inicial fue resultado de la industrialización, y los países más industrializados eran los más urbanizados; Después, a partir de los años ochenta del pasado siglo, la desindustrialización de la economía dio paso a la tercerización y a la consolidación de la ciudad de servicios, pero con la globalización empezó a fraguarse un nuevo modelo urbano: la economía del conocimiento y la atracción de talento. Ahora, tras esa fase de transición, las ciudades que están creciendo siguen dos modelos: la nueva economía industrial de la mano de la digitalización de los procesos; y la economía del ocio, en la que el turismo masivo se convirtió en un efecto impulsor de muchas ciudades. Sin duda, es el primero el que ofrece más garantía para una mejora en competitividad, atractividad y excelencia, y porque es el que ofrece mejores rentas de trabajo y asegura mayor capacidad de consumo de cara al futuro, principalmente en la población jubilada, porque sus rentas son mayores, y porque en una sociedad envejecida como la nuestra, su peso en el consumo crece. Y su calidad de vida también.
A Coruña esta ahora entre las ciudades españolas más resilientes y que mejor han salido de la crisis reciente, gracias fundamentalmente al efecto Inditex, posicionándose cada vez mejor entre los ranking de los diferentes sistemas urbanos. Cities in motion la sitia en la 4 de España, la 47 de Europa y la 77 del mundo, En una publicación reciente de mi grupo de investigación, donde también ocupa el cuarto lugar, obtuvimos una conclusión que es oportuno comentar ahora. Analizamos empíricamente cuales habían sido los factores que tuvieron más peso en la resiliencia urbana, constatamos como las ciudades que mejor superaron la crisis fueron aquellas donde la iniciativa privada era más importante y estaba más internacionalizada, hasta el punto de que la mayoría de las ciudades que son referentes en renovación urbana basados en iniciativa pública, han perdido posiciones en términos de competitividad económica. El caso de Bilbao es un ejemplo de ello, pero no el único.
Es cierto que, gracias a Inditex, hemos alcanzado una fortaleza empresarial destacada, pero, la ciudad no debe conformarse con esta situación, por dos razones. Primero, porque salvo las dos firmas que figuran entre las grandes empresas españolas (Inditex y Estrella), el resto son pequeñas empresas. De hecho la presencia de la ciudad en el ranking empresarial español es muy escasa y en la mayoría de las actividades no hay ninguna empresa coruñesa importante a escala nacional. Desde este punto de vista nuestro posicionamiento es peor que el que antes de la crisis tenía el tejido empresarial de la ciudad, y a no ser por Inditex, hubiéramos descendido en el ranking urbano hasta el puesto décimo u onceavo, dependiendo si incluimos o no la industria turística. Posiblemente ha sido uno de los casos donde las sucesivas etapas del ciclo económico han producido un mayor desmantelamiento empresarial.
Y las ciudades como las personas y como las empresas precisan mirar al futuro con afán de superación. Con ambición de ser. Y es aquí donde la Cámara de Comercio, superada en parte la difícil etapa de la crisis, podría convertirse en el instrumento propulsor de una verdadera cooperación público-privada y de una política metropolitana acorde con las demandas de los nuevos tiempos. Y no solo en el ámbito industrial probablemente. En ello nos va nuestro futuro, porque un proyecto de ciudad requiere detrás una institución estable que no dependa de los vaivenes de los ciclos políticos.
Pero, hay además otra razón ligada a lo que acabo de comentar. La excesiva dependencia de una firma introduce una cierta vulnerabilidad ante el futuro, tal como tratamos en un debate anterior, y porque la ciudad necesita dar el paso firme desde el modelo postindustrial de ciudad de servicios, al de una ciudad industrial con base en la tecnología, el conocimiento y la innovación. Este progreso es necesario para atraer inversores y crear empleo de calidad que a su vez atraiga talento, como ya está ocurriendo, pero también amplíe las oportunidades de la población joven y no sigamos asistiendo a la perdida de capital humano. La propia situación demográfica de Galicia requiere el fortalecimiento de nuevos polos urbanos de innovación.
Por eso es muy importante que una institución como la Cámara de Comercio haya incluido entre sus objetivos prioritarios la puesta en marcha de un plan de reindustrialización de la Coruña y su área de influencia. Un área funcional que va más allá de los límites de la comarca metropolitana que, tal como se está planteando, podríamos llamar administrativa, para abarcar un área funcional extensa que apunta a la integración de tres subáreas funcionales: la de Ferrol, la de Coruña y la de Carballo. Ese es el espacio funcional al que tenemos que mirar para construir la gran metrópoli metropolitana del Noroeste ibérico en la que la previsible integración de las autoridades portuarias en una sola y la ampliación del ámbito competencial de la Chamara de Comercio hacia el área de Ferrol, serán elementos decisivos para su consolidación. Y ese, no lo dudemos, es el camino hacia el futuro.
Segunda parte: la evolución de A Coruña como ciudad industrial: hacia la industria digital.
En este segundo apartado haré un repaso por la evolución industrial del área metropolitana de A Coruña de los años setenta, para llegar al nuevo reto de la industria 4.0 con un entorno o ecosistema espacial expandido, como anteriormente he comentado.
La primera industrialización.
La Coruña se caracterizó siempre por una base económica muy diversificada, lejos de los modelos monfuncionales, como por ej. Ferrol o Vigo, .La industria siempre ocupó un lugar destacado, aunque con oscilaciones cíclicas. Así en la etapa anterior a la guerra civil había una base manufacturera considerable, máxime en comparación con otras ciudades de la época. Tabacos, conservas, metalurgia, textil, calzado. Salvo el calzado, las demás se mantuvieron hasta después de la guerra, añadiéndose otras nuevas como, mecanizados y talleres de reparación naval y ferroviaria, madera, fertilizantes, agroalimentaria etc. Con todo, el importante peso del comercio exterior y local, y especialmente de la administración y los servicios hizo que la economía urbana se fuera reorientando al terciario, como ciudad comercial, destacando en el sector bancario que, con el tiempo, pasaría a formar parte básica de la economía y el empleo local. La ciudad llegó a ser la sede de cinco entidades bancarias, de las cuales una estaba entre las más importantes de España: el banco pastor. Si a ello sumamos la creación de Fenosa tendremos un dibujo de la economía urbana a mediados del siglo pasado. Era la economía urbana más diversificada y fuerte de Galicia.
La segunda revolución industrial y los años del desarrollismo español.
En la segunda revolución industrial de los años sesenta, la ciudad con el fuerte liderazgo económico e institucional de Barrie de la Maza, atrajo nuevas industrias de cabecera como la refinería de petróleos y aquellas que entonces obtenían ventajas comparativas del precio de le energía a través de Fenosa: Genosa, Aluminio, y a ellas se añadieron industrias metalúrgicas y eléctricas como Emesa. La creación de un polo de desarrollo fue un incentivo para proseguir este camino, pero en realidad no aportó inversiones significativas, siendo de hecho, y junto con Sevilla, uno de los polos menos efectivos de los españoles, porque fueron la industria del automóvil (Valladolid, Burgos, Zaragoza y los polos forales de Pamplona y Vitoria), aquí inexistente, y la petroquímica las que dinamizaron otros polos más dinámicos (Huelva y Tarragona). Con todo, La Coruña al final de la etapa industrial combinaba la industria con el comercio y los servicios, pero con un importante peso de la administración por su condición de capital administrativa de Galicia y de las actividades financieras.
La etapa postindustrial: la ciudad de servicios.
Los años ochenta dieron paso a la crisis industrial que afectó a la industria metalúrgica y de construcción naval (Ferrol) de manera muy notable. L a desindustrialización de las economías occidentales dio el paso a la tercerización de la economía y la consolidación del modelo de ciudad de servicios. La pérdida de Fenosa, de la capitalidad y el cierre de algunas industrias supusieron un duro golpe para la ciudad que se estancó en su crecimiento y funcionalidad.
Por eso, fue en esta etapa postindustrial cuando la economía urbana se orientó definitivamente hacia el modelo de ciudad de servicios, de la mano de otro fuerte liderazgo, el del alcalde Vázquez, que hizo de la ciudad uno de los referentes españoles en renovación urbanística y en promoción cultural, emergiendo como una ciudad innovadora y competitiva con una elevada calidad de vida. La fortaleza del sector financiero, la llegada de las grandes empresas de distribución, la oferta renovada de turismo urbano (museos, cruceros, congresos) las actividades culturales, principalmente la música, acercaron a la ciudad al modelo de las ciudades medias cetroeuropeas. Las fundaciones privadas aportaron entonces una fuerza inusitada a las actividades culturales. Así empezaron a configurarse algunas actividades propias de la nueva economía de servicios. La industria audiovisual, las industrias culturales, especialmente la música, y las actividades de ocio y tiempo libre. Y la moda, tan vinculada a la nueva imagen de Galicia en esos años, tuvo también aquí importantes empresas, una de las cuales habría de convertirse en el soporte básico de la ciudad.
Globalización y Crisis Financiera: un nuevo posicionamiento urbano.
La globalización y la crisis financiera de principios de este siglo, abrió la ciudad a nuevas oportunidades, pero algunas de las anteriores se malograron: las industrias culturales no lograron consolidarse ni recibieron los apoyos oficiales necesarios, pero siguen siendo una oportunidad, principalmente audiovisuales (cine de animación, comic, producción cinematográfica etc), aunque por esa carencia perdieron ya el puesto de referencia nacional que habían llegado a tener. Más recientemente la restructuración del sector financiero español dejo a la ciudad sin entidades regionales primero y de las nacionales después: el banco pastor principalmente. Con la pérdida de la Caja de Ahorros, de Caixa Galicia, la ciudad y Galicia se quedaron sin un instrumento financiero para los proyectos de desarrollo económico y social.
En paralelo, y como contrapartida, la ciudad experimentó uno de los procesos de innovación más destacados de su historia: el fenómeno Inditex y los efectos multiplicadores derivados, Gracias a eso hoy la Coruña es la cuarta ciudad exportadora de España, la quinta en internacionalización empresarial y calidad de vida, y la cuarta en industrias tics, aunque la principal empresa de este sector ha sido vendida a la corporación vasca Euskaltel. Además el efecto impulsor de nuevas empresas multinacionales surgidas de las aprovisionadoras del gigante Inditex, aportaron nuevas activos a la industria local. La Coruña es una de las cuatro ciudades españolas que mostraron una mayor resiliencia a la crisis. Hoy somos uno de los cinco polos empresariales de España, con Madrid, Barcelona, Valencia, y Bilbao, donde el parque científico- tecnológico de Zamudio se ha convertido en el segundo polo económico del Norte detrás de Sabón-A Grela. Más recientemente cabe destacar el caso de Málaga, con un gran proyecto de desarrollo urbano, en el que la cultura internacional y el turismo de calidad fueron sus emblemas, junto con la renovación del frente marítimo y portuario, pero fue su parque tecnológico, el Málaga Valley, el acicate fundamental desde el punto de vista de la reindustrialización, convirtiendo a la capital en el primer polo económico-tecnológico de Andalucía en sustitución de Sevilla. Es posiblemente un buen ejemplo de lo que se puede alcanzar cuando hay un gran proyecto urbano concebido a largo plazo. Posiblemente es el que ha dado mejores resultados económicos de cuantos se han acometido en las ciudades marítimas españolas.
Una visión de la situación actual: el camino para la reindustrialización: el modelo 4.0 .
Es cierto que hemos alcanzado una fortaleza empresarial destacada, pero, la ciudad no debe conformarse con esta situación, por dos razones. Primero, porque salvo las dos firmas que figuran entre las grandes empresas españolas (Inditex y Estrella), el resto son pequeñas empresas. De hecho la presencia de la ciudad en el ranking empresarial español es muy escasa y en la mayoría de las actividades no hay ninguna empresa coruñesa importante a escala nacional. Desde este punto de vista nuestro posicionamiento es peor que el que antes de la crisis tenía el tejido empresarial de la ciudad, y a no ser por Inditex, hubiéramos descendido en el ranking urbano hasta el puesto décimo u onceavo, dependiendo si incluimos o no la industria turística. Posiblemente ha sido uno de los casos donde las sucesivas etapas del ciclo económico han producido un mayor desmantelamiento empresarial.
Pero, hay además otra razón ligada a la que acabo de comentar. La excesiva dependencia de una firma introduce una cierta vulnerabilidad ante el futuro, tal como tratamos en un debate anterior, y porque la ciudad necesita dar el paso firme desde el modelo postindustrial, o de ciudad de servicios, al de una ciudad industrial con base en la tecnología, el conocimiento y la innovación. Este progreso es necesario para atraer inversores y crear empleo de calidad que a su vez atraiga talento, como ya está ocurriendo, pero también amplíe las oportunidades de la población joven y no sigamos asistiendo a la perdida de capital humano. La propia situación demográfica de Galicia requiere el fortalecimiento de nuevos polos urbanos de innovación.
En todo caso es evidente la necesidad de poner en marcha una estrategia de reindustrialización de la mano de las instituciones locales. La derivación de la política municipal a otros modelos de ciudad más generadores de gastos que de ingresos, hace imprescindible aportar a La Coruña un instrumento o una estrategia de reindustrialización, Y esto es lo que desde hace años ha sabido ver la Cámara de Comercio. Pasados los tiempos difíciles ahora es el momento de retomar, aunque reformuladas, las estrategias de aquel plan y aportar a la ciudad una palanca imprescindible para su futuro. La Coruña como muchas ciudades europeas necesita pasar de la ciudad de servicios a la ciudad industrial de cuarta generación, de manera que los servicios avanzados generados podrían forman parte del ecosistema urbano resultante.
No olvidemos que la historia urbana nos enseña que las ciudades que más han progresado fueron aquellas que tuvieron una base empresarial y productiva más sólida. Nosotros mismos lo hemos experimentado, y como ejemplo vemos lo que está ocurriendo con el ascenso de la capital malagueña y el estancamiento de la metrópoli bilbaína desde el punto de vista económico. Por eso, una investigación empíricas que publiqué hace dos años demostró que fueron las ciudades con mayor peso del sector privado las que mejor superaron con éxito las crisis o las etapas cíclicas regresivas. El estudio abracó 32 ciudades españolas, y su principal conclusión fue esta: La resiliencia urbana durante la etapa de crisis (2007-2014) dependió más de las iniciativas empresariales que de las políticas públicas.
Aquí, perdidos los liderazgos urbanos anteriores, nos hemos limitado a promover políticas meramente urbanísticas. Algunas muy necesarias sin duda, pero siempre carentes de ambición. Y las ciudades como las personas y como las empresas precisan mirar al futuro con afán de superación. Con ambición de ser. Y es aquí donde debemos de poner nuestra mirada y no contentarnos con adoptar políticas urbanas cortoplacista y centradas en operaciones de mantenimiento físico carentes de contenido concomio adecuado. Hace falta una política metropolitana acorde con las demandas de los nuevos tiempos. En ello nos va nuestro futuro.
Tercera parte. Propuestas y conclusiones operativas
Para terminar, voy a exponer algunas cuestiones que, bien a modo de preguntas o como simple reflexiones, complementan el tema que hoy nos ocupa y recogen muchas de las ideas y propuestas que desde la Asociación Metropolitana 3.0 estamos, desde hace tiempo, trabajando.
1º.- Una pregunta clave: Hemos visto que la ciudad ha perdido peso en el ranking de la gran empresa y que el tejido empresarial carece de dimensión adecuada ¿Qué puede hacerse para fortalecer el tamaño del tejido empresarial metropolitano para mejorar la competitividad y para generar más empleo? Posiblemente la internacionalización de las pymes sea la respuesta básica.
2º.- ¿En qué sectores tiene la Coruña y su área ventajas comparativas para ser competitiva? Hay sectores que están en plena trasformación y son generadores de empleo, como por ej. los nuevos modelos y firmas de automoción, la aeronáutica, la biotecnología, etc ¿podrían tener aquí desarrollos industriales? ¿En qué otros sectores podemos ser atractivos? Se abre un interesante campo de reflexión.
3º.– La historia industrial de la Coruña se caracteriza por una sucesión de ciclos en la que cada uno da lugar a una sustitución de las actividades manufactureras anteriores sin que haya una continuidad, salvo excepciones como La Estrella de Galicia, ¿puede deberse a la falta de una continuidad generacional o a la existencia de barreras a la innovación adaptativa entre los empresarios locales tradicionales?
4.º- Miremos un caso de interés por su proximidad. Me refiero al ejemplo de Vigo. A partir de sus recursos industriales tradicionales ha evolucionado en cinco direcciones:
1.- hacia un polo de automoción innovador con un fuerte avance tecnológico, que hace tiempo ha orientado su investigación y tecnología al coche eléctrico, anticipándose al futuro.
2.- la construcción naval se ha especializado y aporta soluciones tecnológicas y nuevos nichos de calidad a empresas de sectores vinculados. Es el caso de la construcción de cruceros de lujo.
3.- la universidad ha generado empresas tecnológicas y patentes industriales muy competitivas, como pro ej la cría del pulpo en cautividad.
4.- la evolución de la actividad pesquera hacia empresas multinacionales que son líderes mundiales en tecnología procesada y comercialización, haciendo de Vigo el gran pollo mundial de la industria pesquera
5.-asimismo la industria de componentes ha reforzado su competitividad en la industria aeroespacial, que con la biotecnología están generando un nuevo modelo industria diversificado que aporta una garantía al crecimiento y a la competitividad de la otra gran ciudad de Galicia.
Y ahí viene la pregunta: ¿Por qué en la Coruña los sectores tradicionales no han sido capaces de generar un entorno semejante? ¿Acaso nos falta tradición empresarial en el ámbito industrial? ¿Hay algún déficit estructural o existe un hueco institucional que es necesario cubrir?
5.- En anteriores debates han surgido algunas ideas pensadas para aumentar la atractividad empresarial de la ciudad y su entorno metropolitano
Recordaré algunas propuestas:
Primera propuesta. Una estrategia de marketing urbano y territorial: ¿Sería interesante, para ganar en dimensiones, ganar economías de escala y mejorar en competitividad urbana apostar por la constitución de la región metropolitana ártabra y así obtener sinergias del eje Carballo-Coruña-Ferrol? Hay que dar el paso de su plasmación en papel, como yo mismo hice en la redacción de las Directrices de Ordenación del Territorio de Galicia, pero ese paso debe plasmarse en la constitución de un nuevo instrumento de cooperación público-privada al modo de las regiones metropolitanas alemanas. ¿Podría ser la Cámara de Comercio la entidad gestora de dicha conurbación funcional? La probable unificación del espacio cameral podría ser esa oportunidad. ¿Podría ser la Diputación Provincial siguiendo el modelo italiano y francés? Sea cual fuera es necesario pensar en un tema como este, que ya hace más de 30 años algunos venimos sugiriendo.
Segunda propuesta. Frente a esto, en el área metropolitana, cuyo concepto está siendo minimizado por la visión política reduciéndola a una figura administrativa de prestación conjunta de servicios públicos , se han construido grandes infraestructuras viarias, están en marcha importantes proyectos ferroviarios, pero sobre todo se ha construido un gran puerto que debería ser, y seguro que lo será, esa gran oportunidad que la ciudad necesita para crecer como centro logístico y trasformador con una excelente situación en las nuevas rutas marítimas atlánticas. De momento la apuesta por una terminal de graneles especializados en energías de combustibles fósiles presenta una seria amenaza, que se extiende a alguna de nuestras principales instalaciones industriales. ¿Sería interesante, dentro de la estrategia anterior, integrar las autoridades portuarias de los puertos de Coruña y Ferrol en una sola para ganar en tamaño y en competitividad mediante sinergias complementarias?
Tercera propuesta. ¿La creación de un parque tecnológico 4.0 en La Coruña sería un instrumento útil para la reindustrialización por su aportación a la visibilidad y como marca de excelencia? ¿Podría ser el recinto de la fábrica de armas una base para crear el parque de innovación industrial y tecnológica?
Cuarta propuesta. Y surge así la cuarta propuesta. Hemos hablado en este foro acerca de posibles instrumentos, como la creación del ya citado parque tecnológico de cuarta generación, pero también de una posible zona franca aprovechando las nuevas instalaciones portuarias, en la línea de las recientemente creadas o en trámites de lograrlo ( Cádiz, Santander, Sevilla), que están dando un resultado interesante. Si otras ciudades ven en este instrumento una oportunidad ¿por qué La Coruña no? ¿No podía ser un atractivo para atraer la nueva industria automovilista del coche del futuro con firmas de multinacionales que no están aún implantadas en España? Al menos sería una ventaja comparativa para la ubicación de nuestras industrias exportadoras o para la atracción de otras nuevas. Tenemos puerto, tenemos suelo, tenemos instituciones, tenemos tejido empresarial, tenemos capital… ¿que nos falta? Un impulso ambicioso abierto al futuro.
Quinta propuesta. Y una reflexión final. La Coruña es un referente mundial en el textil y la moda, pero siempre vinculado a Inditex, sin embrago esta fortaleza no ha generado un entorno tecnológico y de innovación relacionando con el textil. En su momento hubo un intento de crear un instituto tecnológico del textil en la UDC pero por razones que desconozco no fraguó. ¿No es esa una ventaja comparativa que podemos aprovechar en el modelo 4.0?
Planteo estas propuestas para hacer llegar a los lectores algunas de las ideas centrales con la que trabaja esta asociación, cuya finalidad principal, como se recoge en sus estatutos, es crear un taller o circulo de ideas, un think tank urbano, y un foro de iniciativas para promover la participación ciudadana, y desde ellas aportar propuestas a las instituciones y organizaciones ciudadanas.