Interesante artículo que explica y ejemplifica la compleja situación que vive en diversos ámbitos el área metropolitana coruñesa debido a la ineficacia y falta de compromiso con la zona por parte del Gobierno Autonómico y el partido político que gobierna Galicia, el PP, en la comarca de Coruña.
Hace ya tiempo, tres años al menos, que desde la Asociación Metropolitana venimos reclamando la necesidad de saldar, al menos en parte, las deudas contraídas por las administraciones con el área metropolitana de La Coruña. Esta semana se han sucedido intervenciones de representantes de la Xunta y se han tomado iniciativas, que acentúan aún más ese sentido de marginación que miles de coruñeses metropolitanos sentimos cada día. Ahora que el partido que gobierna a la Xunta y al Estado ya ha designado , al menos nominalmente, a su candidata a la alcaldía de la ciudad coruñesa, le escribimos esta carta, que en realidad es un manifiesto de urgencia, para que piense en estas cosas, con la esperanza que su afán por recuperar la alcaldía coruñesa vaya acompañado de demostraciones previas con las que nos convenzan a los ciudadanos de que eso de que el área metropolitana de La Coruña esta marginada por los gobiernos de su partido, es una mala interpretación. Exponemos tres hechos que nos parecen significativos de lo que decimos y que le dejan un margen amplio de actuación y de gestión.
1.- ¿QUIERE FEIJÓO DAR LA PUNTILLA A ALVEDRO?
La posición del presidente de la Xunta con respecto a los aeropuertos ya la conocemos. Yo mismo le oí un día decir, en una televisión local, que su intención era un solo aeropuerto en Lavacolla, pero que los localismos políticos eran todavía un obstáculo para lograrlo. Desde entonces ha seguido en esa misma línea, como hace siempre, y que demuestra una constancia en las decisiones que a veces se trasforma en rigidez. Desde siempre la Xunta ha financiado los vuelos a Santiago a través de la agencia de turismo (antes Turgalicia ) vía agencia de promoción de turismo de Santiago (Incolsa), para así disimular esa acción preferencial. Después actuando directamente para que las compañías internacionales se fuesen a Lavacolla. Lo hizo, en el caso de Alvedro, con los vuelos a Ginebra y Ámsterdam y, de manera más directa, con el vuelo a Estambul, en cuyo caso esa determinación fue celebrada por la persona a quien se le encomendó, la diputada Paula Prado, como un éxito. Después negándole a su alcalde en La Coruña, Carlos Negreira, la opción manifestada por Ryanair para establecerse en Alvedro. El alcalde tuvo que hacer unas declaraciones justificativas indefendibles. ¿Cómo no iba ir a Lavacolla la principal compañía de low cost? Nunca sabremos hasta qué punto decisiones como esa le hicieron perder la alcaldía a Negreira, porque la ciudad lo sabía y lo comentaba.
Tampoco sé si tuvo o no implicación en la decisión de eliminar la ampliación de la ya ridícula terminal de Alvedro. El hecho es que fue el único aeropuerto gallego que no amplió su terminal, como nuestro hospital fue el único parcheado. En esto también mantiene la misma idea: hacer de Santiago el centro médico de referencia en Galicia. Como hace en la promoción turística, como hace con el suelo empresarial, y como hace con otras tantas cosas. ¿Feijóo que te hicimos los 410.000 coruñeses del área metropolitana para merecer tanta marginación?
Pero volviendo a Alvedro. Ayer, ya sin subterfugios, dijo claramente cuál era su plan para darle la puntilla a Alvedro, ante la inoperancia de los poderes locales coruñeses en este tema. Llamó la atención los alcaldes de las mareas de Coruña y Santiago para que conviertan en realidad la coordinación de los dos aeropuertos, y pasaran así de la teoría a la práctica. Al leerlo pensé: ¿Qué queda por coordinar? A continuación lo aclaró: están duplicados los vuelos a Londres, a Valencia, a Sevilla y no sé si alguno más. Es decir, seguir el camino del vuelo a Bilbao. Al final, salvo el de Lisboa que ya veremos, solo quedaríamos, según la idea de Feijoo con vuelos a Madrid y Barcelona, e incluso esos con menos frecuencias, para pasarlas a Santiago. Es más, hace poco escuché del anterior alcalde compostelano que la Xunta había puesto doscientos mil euros para que hubiera un vuelo a Madrid por la mañana porque los políticos y los empresarios compostelanos no iban a venir a Alvedro para coger el primer avión. Agustín Hernández se delató a sí mismo. Que los coruñeses tengamos que ir a Lavacolla es perfecto porque así se hace en todas las grandes ciudades, pero que los compostelanos tengan que venir a Alvedro eso no es posible, y la Xunta debe pagar los vuelos. Por eso terminó su florido discurso aéreo diciendo que las principales duplicidades se dan entre Lavacolla y Alvedro y Peinador y Alvedro. ¿No me digan que esto no supera todo lo esperado? Yo creo que las mayores duplicidades están entre Lavacolla y Peinador, pero para Feijóo no es así. Yo no sé si ahora su idea de aeropuerto único incluye también a Vigo, donde quiere ganar las elecciones municipales, y en donde acumula inversiones millonarias, o si es que no se atreve a meterse con el alcalde vigués. Pero arremeter solo contra un Alvedro renqueante, no parece lo más objetivo.
La razón final es la misma: Feijóo dice que hay que coordinarse para desmantelar a Alvedro. Siempre lo había pensado, pero nunca lo había dicho tan claro en los medios regionales. Pues señores si el que más manda dice eso, seguramente ese será el camino de nuestro aeropuerto. Por eso no había que ampliar la terminal, ni corre prisa activar le apoyo a la navegación en la cabecera sur. A los coruñeses metropolitanos solo nos queda una cosa: cuando lleguen las municipales y las autonómicas no votar al partido popular, o crear un partido independiente metropolitano. A lo mejor así, a cambio de poder, se anima a activar las inversiones en infraestructuras paralizadas, o a considera que un entorno económico y turístico como el coruñés necesita una aeropuerto que funciones. Yo creo que es inteligente y que es trabajador y tiene todos los datos en la mano, pero también sé que es obcecado en sus ideas, y La Coruña no ha entrado en su cabeza, ni siquiera después de tener un hijo coruñés y de vivir una buena parte de su vida en un municipio metropolitano. Sé que el problema es más profundo.
2.- ¿SE POSICIONA LA XUNTA CONTRA EL PUERTO DE LA CORUÑA?
La prensa viguesa de hoy informa de la caída por segundo año consecutivo de las escalas de cruceros prevista para 2017 y 2018. El presidente de la autoridad portuaria dice que lo que más le preocupa es que esa pérdida sea a favor de La Coruña. Y entonces, como hizo el año pasado, invoca a la Xunta para que ayude a Vigo. ¿Es que López Veiga piensa que La Coruña no está dentro del ámbito competencial de la Xunta de Galicia? ¿Es que no somos todos Galicia? Pues bien, ese desaforado localismo del siempre explosivo López Veiga parece haber encontrado el apoyo del vicepresidente de la Xunta que, según su información, se unió a la defensa del puerto vigués. Su idea es que Turismo de la Xunta promocione desde dentro la terminal viguesa como destino de cruceros de Galicia. No sé en que acabará todo esto, más bien que el explícito presidente vigués volverá a perder, porque en la lógica del mercado es el juego de la oferta y la demanda lo que lleva a las navieras a negociar las escalas, y entre esos factores está el atractivo de la ciudad de escala según la valoración de los cruceristas, más la eficacia de los gestoras de las navieras y la de la propia autoridad portuaria coruñesa. De todo modos habrá que estar atento a lo que pase. Lo trascendente no es tanto eso sino lo que declara el ínclito López. Es tremendo que en la Galicia actual, personas como esa, sean propuestos para cargos de responsabilidad. Pero al parecer la Ciudad Única de Feijóo no le cabe en la cabeza. Lo mismo le pasaba la exconselleiro Guerra cuando se encargaba de la industria, quien declaró una vez ante la queja por la falta de actuación de su departamento en nuestra ciudad, y dijo esto: “Es que La Coruña es una ciudad de tiendas”. Y a Alfonso Rueda le pasa otro poco de lo mismo, aunque cuando esto escribo, no me viene a la memoria anécdota alguna. Y después se atreven a tacharnos de localistas a los coruñeses. Se olvida acaso el Sr Rueda qué la candidata de su partido a la alcaldía de La Coruña, Beatriz Mato, es miembro del consejo de administración de la autoridad portuaria de La Coruña. Ya tenía bastante con haber votado a favor de la privatización de los terrenos ganados al mar, para que ahora le añada esto.
3.- ¿ES REAL LA MARGINACION DE LAS INFRAESTRUCTURAS METROPOLITANAS?
También estos días, otro jornal, publicaba un mapa con las inversiones en infraestructuras del Estado pendientes de los próximos presupuestos. Si, mirando con atención la información del mapa, analizamos las expectativas de cada ciudad en este tema, constatamos que la que tiene más obras sin ejecutar es el área metropolitana coruñesa, con ocho actuaciones en cartera. Además de algunas de la Xunta que lógicamente en este mapa no aparecen, todas ellas se refieren a temas de movilidad tanto por ferrocarril como por carretera. Son obras pendientes para completar la malla varia metropolitana, y la mayoría son actuaciones de corto recorrido pero de gran efecto descongestionado. De nada sirve que aquí estén las mayores intensidades de tráfico de las vías nacionales gallegas, y también de las autonómicas, y de que en nuestra ciudad la saturación y la congestión sean situaciones diarias, con el consiguiente impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos y también con su efecto negativo en las empresas. Pero eso no parece importarle a nadie, como a nadie le importa que los empresarios coruñeses y los ciudadanos tengan que desplazarse a Lavacolla por imposición del gobierno gallego.
Pero aún hay más, en el mencionado mapa, de los cuatro proyectos de la otra área metropolitana gallega, la de Vigo, dos son estos. Una tercera vía rápida-autovía entre Vigo y Porriño, y un costoso túnel para que el AVE continúe hacia el sur para enlazar con Oporto. Aquí seguimos con un tren del siglo XIX hasta Ferrol y con una red viaria en gran parte hereda del franquismo. Y así nos tenemos que conformar, porque formamos parte de esa otra Galicia que a nadie interesa demasiado. O al menos lo parece.
Temas como la ría del Burgo, las transversales de la autopista, el puente del pasaje, el tren el puerto, el acondicionamiento de la nacional sexta, y otras semejantes, se suman así a las obras pendientes de la Xunta. Como construir los enlaces de la vía ártabra, que se hace a trocitos (el último se terminó hace diez años), como construir la variante del Temple, acondicionar la carretea de Oleiros Perillo-Mera, o para pensar en la variante a la carreta de Santiago evitando esa calle que va desde Alvedro a Carral. Sin embargo, y no me gusta entrar en comparaciones, cuando a la Xunta le interesa, las obras se adelantan, como es el caso del enlace de la autopista con la Ciudad de la Cultura o con la autovía de Lavacolla (se supone para que los coruñeses lleguemos antes al aeropuerto que nos tienen destinado), y que no estaban previstas inicialmente, pero que se han incorporado. Aquí, dentro del mimo plan de mejoras de la AP9, seguimos sin la variante a la tercera ronda, sin el enlace desde O Burgo a Alvedro y sin la entrada reformada por Alfonso Molina. Y lo peor es que tendremos que pagar con el peaje la parte alícuota del coste de las obras ejecutadas en Vigo y Santiago, mientras seguimos viendo como las nuestras se posponen. Total ya deberíamos estar acostumbrados, pues también estamos contribuyendo con nuestros impuestos a pagar los peajes en la sombra de las autovías autonómicas de Santiago a Noia y la de A Estrada, y las del Barbanza, O Salnés, y ahora O Morrazo, mientras aquí seguimos pagando el peaje de la vergüenza para ir a Sabón. Nada parece importar a los políticos de Santiago y de Madrid que los cuatrocientos mil ciudadanos metropolitanos y los más de doscientos mil que vienen a nuestra ciudad desde otros puntos de Galicia, tengamos que sufrir los atascos. Y estas carencias se pueden extender a toda la comarca de Ferrolterra y a las tierras de Ortegal y A Marina que corren la misma suerte.
EPÍLOGO
Por todo ello, la no elegida pero si proclamada candidata a la alcaldía por el partido popular, Beatriz Mato, un día nombrada Coruñesa del Año, con mayúsculas, debería tomar nota de estas, y otras demandas, para demostrarnos a los ciudadanos afectados que a la Xunta también le importamos. No queremos pensar que la intención sea abandonar el área a su suerte, hasta las elecciones municipales, por aquello de cuanto peor mejor. Esta semana va a hablar con los empresarios en el Club Financiero. Sería una buena ocasión.