¿Quién será el nuevo alcalde de Coruña?

Interesante reflexión acerca de las posibilidades de cada formación política en las próximas elecciones locales.

Estamos ya abriendo las puertas de la campaña para las municipales de mayo. Se perfilan candidatos y se tejen estrategias. La tendencia apunta- si no hay cambios- a que las elecciones las ganará el PSOE y que con el apoyo del BNG- que probablemente subirá como consecuencia de la labor hecha- puede lograr la mayoría absoluta para formar gobierno. Una pinza que reeditará en toda Galicia el bipartito de antaño, y que le puede llevar a gobernar en la mayoría de las ciudades gallegas.  Pero, por lo que a nuestra ciudad concierne, los socialistas deben antes proponer candidato y si hacen primarias todo dependerá del adelanto de las elecciones andaluzas para estimar los tiempos. Con todo tienen varios nombres en cartera, entre ellos el de González Laxe, y si trasladan a la ciudad la estrategia central del partido para toda España, pueden aparecer independientes que se adapten al perfil deseado. En cualquier caso lo que hoy parece más probable es que el nuevo alcalde de La Coruña será socialista. La presencia de una persona tan valiosa como Javier Losada en la Delegación del Gobierno ha devuelto el peso político perdido a la ciudad (el anterior delegado era poco más que un jefe de policía subordinado a la Xunta) y aporta un apoyo estratégico a la candidatura local de cara a las inversiones del Gobierno Central.

La Marea muy tocada por su trayectoria errática, sigue perdiendo apoyos de sus anteriores votantes- decepcionados por su falta de eficacia unos y por su deriva sectaria otros- y de algunos de los propios confluentes. No supieron hacer a tiempo una lectura adecuada de la ciudad y de sus votantes. Además, la falta de capacidad de gestión, manifestada en el retraso generalizado de las inversiones y el excesivo componente ideológico, se suma a la carencia de una realización importante que vaya más allá de la reforma del estadio. Muchos estudios, muchas consultas y pocas actuaciones se dice de ellos. Al menos eso es lo que se respira en la calle.

El Partido Popular presentará ya a su nueva candidata Beatriz Mato, nacida en Baracaldo y residente en la Ciudad Vieja, pero determinadas acciones han dejado muy tocada su actuación al frente de la formación de la derecha, ya que arrastra su equivocado comportamiento en la cuestión del puerto y el lastre del partido por el bloqueo de inversiones pendientes desde la Xunta para culpabilizar a la Marea de esa paralización: la intermodal, la vía ártabra, Alfonso Molina, etc. Una táctica obsoleta que ya casi nadie comparte. El PP debe pensar una nueva estrategia más comprometida con la ciudad y menos subordinada a los intereses del partido, si es que quiere crecer en votos. Oportunidades de hacerlo no faltarán. Por otro lado la candidata sigue presa de sus propias palabras, cuando, por ejemplo dice, que se presenta para poner a La Coruña entre las principales ciudades del noroeste de España. Realmente para eso no hace falta que haga nada, porque La Coruña ya está entre esas ciudades, es más, según la mayoría de los indicadores es la principal ciudad del noroeste de España (aunque haya dos municipios que sobrepasan su población: Gijón y Vigo). Parece que Mato no cree en La Coruña, y a si poco puede convencer. Digo yo, ¿cómo puede ser candidata a alcaldesa una persona que minusvalora la ciudad?.

El resto de los partidos estatales están de momento en reserva. Ciudadanos sigue con los tiempos calculados desde la organización central, a la que La Coruña solo le importa por los votos que puedan acarrear con su marca, y con un candidato que el mismo está buscando apoyos, si bien el partido todavía no ha decidido nada. Se trata de Mariano Gómez-Ulla, un compostelano que estuvo al frente del club financiero, en delicada situación financiera,  y que cuenta con el apoyo de un conocido empresario local de la construcción. Pero todo está en el aire, y hasta enero no habrá candidato definitivo. De Vox no sabemos casi nada y a lo mejor ni lo llegamos a saber.

Más animada esta la oferta de partidos locales. Alternativa dos Veciños, el partido de Gelo, es el más asentado y concurre en La Coruña por primera vez, aunque ya haya logrado entrar en algunos gobiernos locales del área metropolitana. Se muestra ahora como un partido de vocación metropolitana, y estará en la pugna mostrando su independencia como valor; su acción participativa como bandera; y su decisión y determinación para defender, por encima de todo, los intereses de los vecinos, como actitud.  Su candidato, Pedro Armas, es un profesor universitario bien preparado y que puede conseguir votos para entrar en el nuevo gobierno. También hay que considerar la aparición de un nuevo partido coruñesista, liderado por un joven de Monte Alto, Miguel Angel Rosende. Salió desencantado de Ciudadanos por no encontrar en el partido naranja interés alguno por defender la ciudad más allá de los intereses de partido. Empujado por esta fuerza y recogiendo el malestar ciudadano por la marginación de la ciudad en las inversiones de la Xunta y del Estado, quiere promover o recuperar, según se mire, la autoestima de ciudad, e intenta volver a llevar el orgullo coruñés a María Pita. Acaba de convocar a la presentación del Manifiesto Coruñesista promovido por un movimiento ciudadano.   Ambos esperan poder servir de apoyo para una mayoría si los resultados así lo propiciaran.

Este es el escenario al final del verano, pero aún queda un largo otoño, y un frio invierno, para acércanos a las elecciones de primavera. En la política este tiempo puede hacer que todo cambie cuando las elecciones lleguen. Deseo que el resultado sea una ocasión para que la ciudad brote de nuevo con ilusión y ambición. Justo lo que ahora le falta, y que en su momento favoreció a la Marea, pero que esta formación no supo administrar convenientemente. Hoy los socialistas pueden ser el relevo.

En cualquier caso, como antes indiqué, cualquier cosa es posible. Máxime con el cambiante y defraudador panorama de la política española actual. Claro que los coruñeses saben que por encima de las vicisitudes de la política nacional e incluso autonómica es importante pensar en el bien de la ciudad y votar a los que sean mejores para impulsar su enorme potencial, ahora marginado ante la acción política preferencial a Vigo y a Santiago, al menos por lo que la cuantía de las inversiones indica. Probablemente sea esa la razón que haya llevado al surgimiento de nuevas formaciones en defensa de la ciudad. Un cambio de actitud que La Coruña y su área metropolitana precisan para salir de la marginación a que la política actual las tiene sometidas, y que, en todo caso, revelan la buena salud democrática de los coruñeses, lo cual en una Galicia caciquil y dependiente, no deja de ser en sí una buena noticia.