Os voy a contar una anécdota: como es sabido el Faro de Vigo, como su alcalde, acostumbran a omitir la información de Coruña, salvo cuando es negativa. Un ejemplo: la edición digital de hoy no pone nada de la inauguración del Mega, pero si pone la reapertura del museo de Chillida-Leku en San Sebastián. Y eso que la Estrella patrocina el Celta y un sin fin de actividades en la ciudad viguesa. Otro ejemplo. Hace unos días una empresa anunció la implantación de la tecnología 5.0 en varias ciudades españolas. Salió en todos los medios. El alcalde vigués enumeró todas menos A Coruña, como hace siempre. Lo mismo ocurrió con el nuevo ranquin de universidades. En él la Universidad de Santiago sigue manteniendo una distancia considerable, como corresponde a su historia y a su prestigio investigador. La UVigo también aparece, pero bajando posiciones, mientras que la UDC se sitúa por encima de la del sur, pero mientras esta pierde puestos, la coruñesa es la única gallega que sube. Y una de las pocas españolas que tiene una dinámica ascendente. No se reconoce en ninguna parte. Todos los medios gallegos, también los coruñeses, se centran en las otras dos universidades. Y todavía hoy tuve otra anécdota semejante. Una emisora de radio gallega privada hablaba de las 18 playas en donde la Xunta desaconseja el baño por la mala calidad de las aguas en algún punto del litoral adyacente. La realidad es que el litoral de la provincia de A Coruña es el que tenía mayor número de ellas, principalmente en la Costa da Morte y en las Rías Altas, así como en el entorno de Ferrol. Pues bien a la conductora del programa le faltó el tiempo para decir que la mayoría de las playas desaconsejadas eran las que rodeaban la ciudad de La Coruña, a pesar de ser una zona de veraneo: “las playas de la ciudad de La Coruña son las que están en peor estado”. Y eso que solo tres eran las playas de la comarca coruñesa incluidas: la ría de Barrañán (no la playa), el puerto de santa cruz en Oleiros, y el fangal de O Regueiro en Bergondo, una playa apenas concurrida cercana al Pedrido. Poca cosa en proporción con las más de 30 playas y calas de la costa coruñesa, pero para la locutora suficiente para afirmar lo mal que estaban las playas de Coruña.
Son todos ejemplos de estos tres últimos días. Ya lo he comentado más veces. En el mundo del periodismo gallego parece existir una deficiente información sobre los temas de nuestra ciudad. No sé si con intención o sin ella. Incluso en algunos medios locales ocurre. En eso El Correo Gallego de Santiago es mucho más ecuánime. Una enseñanza: los coruñeses debemos llevarnos bien con los compostelanos. Al fin somos todos coruñeses (por la provincia), y hay un reconocimiento y cariño mutuo. Lo de Vigo es otra cosa. Principalmente porque en la ciudad olivica se ha instalado la subcultura de localismo acérrimo. Ya antes la hubo en La Coruña. Da buenos resultados electorales, pero empobrece las mentes.
A la vista de los hechos como los que acabo de comentar, daría la impresión que Coruña tiene mala prensa en Galicia. De ser así, pro alguna razón será. Tal vez la actitud hiperlocalista de algunos grupos sociales, los llamados “coruñitos/as” y de algunos políticos del pasado, que unieron el orgullo coruñés con el desprecio de lo gallego y de las otras ciudades. Una actitud de superioridad colectiva que me recuerda mucho lo que ocurría en Bilbao, claro que en la capital vasca iba asociada a un sentido envidiable del humor. Afortunadamente eso ya pasó, aunque queden grupos irreductibles. Con todo, esta ciudad abierta, cosmopolita y libre de hoy, sigue padeciendo la visión negativista de ciertos medios, movidos casi siempre por intereses espurios, que ha generado una auto-reputación excesivamente contraria. Algo que contrasta con la buena reputación que nuestra ciudad tiene entre la mayoría de la población gallega, salvando el viguismo inducido actual, pero que solo ha calado en ambientes populares. Los coruñeses y los vigueses, mayoritariamente, sabemos valorar lo que de bueno tiene cada una de nuestras ciudades. Y en el resto de España la reputación de nuestra ciudad es excelente, como bien se pone de manifiesto en las redes a través de múltiples rankings de ciudades y de las valoraciones escritas. De hecho, cuando vamos a otras ciudades siempre tenemos la satisfacción de recibir opiniones muy satisfactorias.
Pero, por encima de lo anterior, hay una cosa que quiero resaltar: la necesidad de que los gallegos nos conozcamos mejor. La mayoría de los coruñeses saben poco de Vigo, como los vigueses de Coruña. En eso los compostelanos son más abiertos al resto de Galicia. Y en esa ignorancia mutua descansa buena parte de los tópicos que sostiene esos pueblerinos localismos de unos contra otros. Por eso, es lástima que algunos periodistas y algunos medios no sean capaces de superar la visión local para dar a conocer a todos los gallegos las novedades de las demás ciudades que no sean la suya. Prestarían un buen servicio a la construcción de una mentalidad más gallega, más integradora, más evolucionada. Y, a la vez, nos haría sentirnos a todos mucho más orgullosos de lo que es la Galicia de hoy.
Y lo mismo puedo decir de nuestros políticos locales. Ni la ciudad única de Núñez Feijoo porque no es una metáfora acertada y encierra una visión particular del tema, ni el todos contra Vigo, o Vigo contra todos, de Abel Caballero. Ni el pasotismo coruñés y ferrolano. Menos mal que entre los nuevos alcaldes la mayoría son capaces de valorar y respetar a su ciudad pero también a las otras. Es el caso de los nuevos alcaldes de Ferrol, de Coruña, de Santiago, o del alcalde de Pontevedra que siempre ha mejorado su ciudad sin tener que arremeter contra nadie. Ya solo nos quedan dos localistas: el alcalde de Vigo y el nuevo alcalde de Ourense, cuya idiosincrasia va muchos más allá, por tratarse de una personalidad arrebatada, imprevisible y absolutamente personalista. Ya veremos qué pasa. La culpa es de quien lo aupó al poder. En este ámbito el panorama ha mejorado mucho.
Para finalizar: lo dicho. Cuanto mejor y más objetivamente se explique la realidad de nuestras ciudades, mejor nos entenderemos, y mayor será el potencial de Galicia para acometer juntos grandes proyectos. Naturalmente, siempre que se actúe con la equidad debida.