Hace 18 años que se empezaron a hacer diseños para construir una urbanización en Labañou, que, por la forma de los dos primeros rascacielos anunciados con un uña de percebe en lo alto, se denominó As Percebeiras. Ya en época del alcalde Francisco Vázquez se paralizó tal desaguisado, que se completaba con otro rascacios don de estaban las Hermanitas en Adelaida Muro. La razón: el darse cuenta de que las torres taparían la vista de la ciudad desde el monte de San Pedro. Así se lo hice ver un día al alcalde y así lo constató in situ. No era razonable que el mismo alcalde que logró convertir el monte en un gran parque y en ese mirador urbano que la ciudad siempre soñó, fuera el que tapara la vista para favorecer un pelotazo especulativo. De ahí el rechazo frontal a las torres percebeiras. Hubo más precios, todos perfectamente asimilables al modelo pelotazo, y cuando ya parecía que habían aprendido vuelven al ataque. Otra vez las vistas de la ensenada del Orzan desde el Monte de San Pedro están amenazadas. ¿Os dais cuenta de la barbaridad del proyecto?
Hay un dato que puede resultar demostrativo de lo que afirmo una vez más. Al presentar el estudio de impacto visual solo analizan la visión de la Torre de Hércules y la perspectiva desde la cota del paseo marítimo, para convencernos de que han sido muy cuidadosos con el paisaje, pero nunca aportan el impacto visual desde el mirador del monte de San Pedro. Por algo será.
Los últimos gobiernos municipales se encontraron ante un dilema importante. La causa fue que el proyecto fue incluido y así legalizado en la revisión del plan general, en el que según parece les aumentaron todavía más la edificabilidad permitida, haciendo que si el proyecto se ajusta a la legalidad urbanística es difícil paralizarlo. La Marea lo logró e hizo muy bien. Sabe perfectamente de que se trata. Un enorme pelotazo.
Ahora el actual gobierno le abre de nuevo el juego, pero aún debe pasar por la corporación plenaria y por la Xunta de Galicia. A estas alturas no me fio del resultado, porque hay mucho dinero en juego. Todo indica que una de las edificaciones, con 16 plantas, tapará la vista a Riazor y al Orzán, pero de las otras edificaciones tampoco me fio. Yo creo que este tema sería imposible en cualquier ciudad europea y si aquí aún sigue dando la lata es porque en la revisión del plan general no se hizo lo que se debía y se actuó a favor de los promotores. Entonces eran otros. Ahora lo que importa es que no se apruebe tal desastre urbanístico. Nuestra alcaldesa tiene suficiente determinación e ideas claras para impedir que esto se haga. También los vecinos colindantes han iniciado su protesta.
Es un tema sumamente grave, y todo el que pueda debe hacer algo para evitar que este atentado se apruebe. Al menos sensibilizar desde las redes a los coruñeses para que sepan las consecuencias de lo que se está fraguando. O inundar de cartas al conselleiro o conselleira competente en cuanto se forme el nuevo gobierno. Yo os prometo un animado debate cuando empecemos el nuevo ciclo.