¿Somos una ciudad europea?

Breve comparativa de calidad de vida entre A Coruña y la media de las ciudades europeas.

Si comparamos  los datos estadísticos medios de las ciudades europeas con los de La Coruña comprobamos que estamos en una buena posición para ser una ciudad competitiva y con calidad de vida. Son varias las razones. Tenemos  un tamaño medio adecuado, tanto la ciudad como el área metropolitana C20, es decir  los 20 municipios que actualmente la conforman. También los datos oficiales muestran que nuestros recursos humanos están más cualificados; que tenemos una estructura económica ajustada a la media; que el nivel de equipamientos es superior a la media; que nuestro aeropuerto está equiparado en el desarrollo del tráfico doméstico, no así del internacional; que  nuestra calidad de vida es alta y que el desarrollo social y económico está muy próximo al prototipo urbano europeo.

 

Pero no todo es positivo, ya que se observan algunas desviaciones. En unos casos  responden a la situación del entorno, como el envejecimiento demográfico, el paro, la dependencia juvenil,  la proporción de viviendas vacías;  pero en otros son consecuencia del deficiente funcionamiento y  planificación del transporte metropolitano. Baste decir que la proporción de la población que acude al trabajo en tren, metro, tranvía o autobús es en Europa  del 21.5% y en el área metropolitana de La Coruña del 9.5%. Habría que trasvasar el 12% del automóvil al transporte público, pero para lograrlo es necesaria una nueva planificación de ámbito metropolitano. Y aun así solo alcanzaríamos la media, porque para ascender a puestos de calidad urbana y de movilidad sostenible habría que duplicar ese porcentaje. Como consecuencia, también quedamos por debajo de la media en peatonalización y la superamos ampliamente en el uso del coche, lo  que sitúa  a La Coruña entre las ciudades con peor índice de sostenibilidad ambiental.  A la vista de los datos, y con la experiencia del serio problema de congestión permanente en las entradas y en las salidas,  es fácil deducir que la única solución es  superar nuestro retraso en la utilización de las redes ferroviarias y de tranvía, por ser el único sistema de transporte urbano que ha resultado eficaz para aportar soluciones definitivas a este problema. De hecho todas las ciudades que ponen en marcha un plan de modernización  empiezan por introducir la intermodalidad y el sistema tren-metro-tranvía. Aquí, la red ya la tenemos, pudiendo incluso conectar el centro urbano  con la periferia y, con pequeñas actuaciones, llegar a los puntos cruciales del área metropolitana.  Sin embargo, estamos  peor que hace sesenta años, cuando el tranvía llegaba a Sada y el trolebús a Carballo.  Hoy, la mayoría de las ciudades grandes españolas ya han acometido el cambio. Algún día habrá que tomar medidas, porque el futuro pasa por ahí.