Las últimas medidas del banco central Europeo en la Europa bipolar.

Sobre las medidas tomadas por el BCE la pasada semana y como afectarán a España.

Ante el fantasma de la deflación junto con el bajo crecimiento que experimenta Europa, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, ha decidido sacar la “artillería”. Ojo, lo hacen por estos motivos, no para ayudar a sacar del pozo al sur de Europa.

Esta “artillería” son medidas que ya hace años en el inicio de esta maldita crisis se pusieron en marcha en Estados Unidos y Gran Bretaña por la Fed y el Banco de Inglaterra respectivamente y que en general han tenido unos buenos resultados en esos países, pero que en Europa, las reticencias de Alemania impidieron poner en marcha.

La medidas amplifican las que se han tomado en Europa hace años cuando empezó la crisis (salvación del sistema financiero europeo, rescate de varios países del sur junto con imposición de medidas de aumento de competitividad, bajadas del tipo de interés, etc..). Estas medidas van un paso más allá: bajada hasta casi 0 el precio del dinero, establecimiento de la facilidad del depósito en -0,1%, lo que implica que los bancos cuando depositen el dinero en el Banco Central van a tener que pagar (la idea es que en vez de dejar el dinero guardado lo presten para fomentar el consumo). También se va a recurrir a los “manguerazos” de dinero a prestar a los bancos a 4 años que no deben ser utilizados ni para adquirir deuda pública ni para dar créditos hipotecarios, solamente para dar créditos a las empresas y al consumo, es decir más dinero para los bancos pero para que lo trasladen a la economía productiva no para comprar deuda de los estados o mantenerlo líquido en el BCE.

Son medidas que con gran seguridad van a suponer más crecimiento y que benefician sobre todo a la parte de Europa que está peor, el sur: de Francia (incluida) para abajo, y nos van a beneficiar porque van a facilitar que llegue más dinero sobre todo a las empresas.

La otra parte de Europa, el norte, ha salido de la crisis hace ya varios años, ellos casi ni se acuerdan, lo pasaron mal un par de años con caídas importantes del PIB pero a partir del 2010 empezaron a salir y han tenido años de crecimientos espectaculares, aunque ahora están ralentizados. Ellos no están ni de lejos tan endeudados (sobre todo en el sector privado) como los países del sur, ellos no tienen problemas de competitividad tienen superávits en sus balanzas de pagos y por cuenta corriente, ellos tienen sus bolsas en máximos históricos. Ellos son ahorradores y este tipo de medidas con esas bajadas de tipos y esas facilidades para endeudarse no les gustan, les van a suponer menos remuneraciones –si cabe- para sus ahorros y además creen que nos van a quitar los estímulos a los del sur para seguir realizando las reformas estructurales que nos quedan por hacer. Ellos no confían en nosotros, piensan que con esas medidas nos vamos a hacer acomodaticios y en última instancia no vamos a salir de verdad de la crisis enrocándonos en el endeudamiento perpetuo.

En esto último algo de razón tienen, pero yo creo que son medidas muy necesarias porque en España, por ejemplo, la financiación para las empresas es más cara que en Alemania, entre otros motivos por nuestra prima de riesgo fue hasta ahora elevadísima (ahora ya ha bajado a 1,23 puntos superior a la Alemana pero hace justamente dos años era casi 7 puntos). Eso quiere decir que con toda la mejora que hemos tenido, en España cuesta un punto y medio mas caro pedir un préstamo que en Alemania y eso es una desventaja competitiva enorme para nuestras empresas.

Estas últimas medidas también son favorables porque y como ya se ha visto, ha fomentado una subida espectacular en la bolsa de toda Europa y más en nuestro país: esto significa un aumento del optimismo y un impulso a las empresas que cotizan, un impulso al crecimiento y al empleo.

Y también ayudarán a ahuyentar el fantasma de la deflación, autentico diablo que nos podría llevar a una situación como la vivida en Japón en las últimas décadas de estancamiento y moneda super-fuerte. La deflación es terrible porque pospone sine die decisiones de consumo e inversión, y además es catastrófico para países muy endeudados como el nuestro: cada vez lo estarían más.

Y hablando de monedas fuertes la Fed también quiere con estas medidas estimular una devaluación del euro que está muy fuerte en relación a la práctica totalidad de monedas del mundo, la idea es fomentar las exportaciones o al menos no frenarlas.

Además Draghi ha avanzado más medidas por si las tomadas el pasado jueves 4 de junio no provocan los efectos esperados: si la cosa no va como se espera se probaría el “quatitative easing” es decir la compra directa por parte del BCE de deuda que emitan empresas medianas y pequeñas.

Pero ojo que el árbol no nos quite la visión del bosque, el problema de España es la enorme pérdida de competitividad que ha tenido su economía como consecuencia de los años de entrada de dinero a espuertas desde que empezó el euro y un modelo de crecimiento demasiado basado en el cemento y poco más. Por eso son tan importantes las reformas estructurales realizadas para aumentar la competitividad, medidas que deben ser completadas con otras que todavía no se han hecho como reducción de gasto público a través del aligeramientos de tantos organismos redundantes e inútiles que tenemos.

Hay que mejorar nuestro modelo económico basado demasiado en el cemento y sector servicios con mas industria y más sectores de tecnología. Se trata de competir en mucho mas que en atraer turismo, vender casas o tener salarios bajos para producir lo que nos mandan las multinacionales extranjeras que ponen aquí sus fábricas en lugar de llevarlas a Chequia o Brasil. Tenemos que tener más multinacionales autóctonas con su I+D aquí y que a ser posible fabriquen gran parte de su producción aquí como hacen las multinacionales Alemanas y Nórdicas.

Casi nada ¿verdad? Pero si observamos la historia de nuestro querido país desde el Plan de estabilización del 59 y sus Planes de Desarrollo, más tarde nuestra incorporación a la democracia y Mercado Común, incluso nuestra incorporación al euro, yo creo que podemos.