Los datos del tráfico de mercancías en el puerto de A Coruña han descendido un -12% de 2018 a 2019, sobre todo debido a la pérdida de las descargas de carbón. Pero tampoco han sido buenos en otro tipo de mercancías, como la misma Memoria Económica de 2019 señala en sus primeras páginas. En el caso de los hidrocarburos habría que relacionarlo con un paro de la refinería por cuestiones técnicas (para mejorar su competitividad y el medio ambiente) y también la situación de ALU IBERICA (antigua ALCOA) ha pasado factura en el tráfico de alúmina. 

Analizando los datos de modo muy breve y en un contexto amplio, podemos decir que lo mismo ha ocurrido en otros puertos muy dependientes del carbón como Gijón (-11,82%) y Ferrol (-18,4%). Cierto que a este último le está yendo muy bien en el tráfico de contenedores (+ de un 100% de aumento), aunque ni de lejos podría paliar la caída del carbón. En el contexto español, aunque el tráfico de carbón bajó de 26,4 a 17,6 millones de Tm., en conjunto el tráfico de mercancías se mantuvo prácticamente igual, con un +0,2%.

A nivel español estos fueron los tráficos que más aumentaron: los graneles líquidos (+3,5% debido al gas natural y a los biocombustibles), minerales no metálicos (+18%), piensos y forrajes (+14%) y -cita textual- «las mercancías que pasan por nuestros puertos, pero van a otros países» que representan el 28% del total de mercancías movidas -154 millones de Tm- (+4%). Evidentemente se incluyen aquí los contenedores, donde la terminal de Algeciras, y en menor medida la de Valencia y Barcelona, están entre las más importantes del Sur de Europa.

Quizá esas pueden ser algunas de las pistas hacia dónde debe ir el futuro del puerto coruñés, potenciando algunas especialidades que ya tiene (biocombustibles, productos agroalimentarios, ..), pero intentando captar algo de esas mercancías en tránsito hacia otros países, para lo cual  es imprescindible una buena plataforma logística y un corredor ferroviario de mercancías del que hoy por hoy carece. La Zona Franca podría aportar un valor añadido nada desdeñable para este tipo de tráfico.

Por lo demás, hay que destacar como muy esperanzador el clima de diálogo que parece iniciarse entre el puerto y la ciudad. Esperemos que todas las Instituciones implicadas, Xunta, Estado, Concello y Autoridad Portuaria, se pongan de acuerdo para remar todos juntos en la misma dirección.