Interesante artículo que refleja la existente descompensación económica por parte de la Consellería de Cultura entre la ciudad herculina y el eje Santiago de Compostela – Vigo.
Hace tiempo que se vienen sucediendo noticias en las que se pone de manifiesto la paralización de las inversiones culturales en la ciudad y su área metropolitana por parte de la Xunta. Realmente no nos extraña mucho, porque ya estamos acostumbrados a la marginación presupuestaria que Feijóo hace de nuestra zona. Para demostrarlo, basta considerar que la única obra presupuestada este año es una pasarela peatonal y unas aceras entre Agrela y Marineda. Ese es todo el interés que tenemos para el compromiso de un gobierno que tiene la obligación de atender las necesidades de todos los ciudadanos. No lo veo aquí, pero puedo asegurar que si comparamos la inversión efectuada en Vigo, en Santiago y en Ourense (de Pontevedra, Lugo y Ferrol tengo menos datos), incluyendo la directa e indirecta, es mucho mayor que la de La Coruña. En Vigo, especialmente, es una lluvia permanente de millones a través de una importante artillería institucional (delegado provincial del PP, delegado de la Xunta, Consorcio Casco Vello, Autoridad Portuaria) que seguramente tiene como explicación la ofensiva electoral. Nada nuevo en la política partidista que ha sustituido en España a la política ciudadana. Pero en el caso de la Conselleria de Cultura, tan pródiga con la provincia de Pontevedra y con la ciudad de la cultura, es realmente insultante y casi ofensiva.
Pondré algunos ejemplos.
1.- el Pasatiempo de Betanzos. Todos lo conocemos, todos sabemos su mal estado de conservación, todos valoramos su contenido y su excepcionalidad, y todos apoyamos implícitamente la iniciativa del gobierno local y la diputación por hacer frente a esa situación. Sin embargo, la conselleria se niega a declararlo Bien de Interés Cultural (BIC) diciendo que hay personas que dudan del valor y significado del legado de García Naveira. ¿Si contaran los que dudamos de la eficacia de los gastos en el Gaias, detrayendo oportunidades a las restantes ciudades gallegas, seguro que tendrían que cerrarlo? Y eso que son empresas coruñesas las que por mayoría sufragan el fondo de la Fundación de la Ciudad de la Cultura. Pero todo tiene su lógica. Al Pasatiempo no lo declaran BIC para no tener que aportar fondos para su restauración y no apoyar a un alcalde socialista. Y así seguimos.
2.- La Terraza de Sada. Otro caso semejante. Es un edificio representativo del modernismo vienés y uno de los escasos ejemplos de construcción en madera. Su estado es lamentable y una afrenta a la cultura de Galicia, pero la consellería también se resiste a declararlo BIC porque no lo considera significativo y así tampoco tiene que pagar su recuperación, ni apoyar a un alcalde de A Marea.
3.- El museo Carlos Maside , también en Sada, es uno de los principales contendores de la cultura gallega y un espacio, en su conjunto, de gran significación de una época gloriosa del resurgir de nuestro arte y de nuestra cultura. La humedad esta afectando a los cuadros y a los documentos, y el edificio y las colecciones se resiente del abandono. Ahora acaban de ponerse de acuerdo el gobierno local y los propietarios del museo, y solo falta la ayuda imprescindible de la conselleria. Lo lógico es que se hubiera hecho ya una apuesta por todo el entorno. Tal vez se tenía la pretensión de trasladar todo a la Ciudad de la Cultura. Ellos sabrán.
4.- El Festival de Ópera coruñés celebraba este año sus sesenta aniversario, y además se conmemoraban los 250 años de la primera representación operística en la ciudad, conjuntamente con Oporto. Allí lo celebraron adecuadamente, aquí ni siquiera se pudo hacer más de una representación, porque la Consellería de Cultura no solo aportó las subvenciones necesarias y razonables, sino que redujo aportación al festival de ópera más antiguo y más importante de Galicia. Sin embargo, las subvenciones a actividades musicales en otras ciudades y en la Ciudad de la Cultura son generosas, y, como antes se dijo, principalmente en la provincia de Pontevedra. Me gustaría saber cuánta aportación hicieron a la renacida Asociación de Amigos de la Ópera de Vigo. Por este camino la tradición operística de Galicia se perderá, y menos mal que ayuda el Ayuntamiento de La Coruña y algunas empresas contribuyen para mantenerlo, aunque sea en situación casi agónica. La aspiración seria tener una temporada con cinco representaciones anuales como hacen en las demás ciudades operísticas de España (Barcelona, Bilbao, Oviedo, Madrid, Málaga, Las Palmas, Sevilla). Es una pena que esto ocurra.
5.- Otro tema curioso es lo que ocurre con la Orquesta Sinfónica de Galicia. La consellería aporta solo el 20% del presupuesto (y bajando), y el resto es de origen coruñés, y sin embargo cada vez la Xunta pone más exigencias para que se hagan representaciones en Vigo, llegando incluso este año a hacer allí la inauguración de la temporada. Ya en su momento Feijóo demandó trasladar a Vigo la sede de la Fundación Abanca para dinamizar la cultura del sur, siendo La Coruña la única ciudad importante donde dicha fundación carece de teatro gestionado y financiado directamente (aquí lo debe hacer el ayuntamiento con el concurso de la diputación). Ni a la consellería ni a la fundación ni a Abanca nuestra ciudad le importa demasiado. En esto condicen con Feijóo en potenciar el eje Santiago-Vigo, donde hacen todas sus actividades sociales, culturales y económicas más significativas. Aquí nos basta con dejar la sede social en Betanzos.
Seguramente se podrían añadir más osas, pero con estas es suficiente para demostrar la marginación que la Consellería de Cultura hace de nuestra área metropolitana. Parece que solo interesa la provincia de Pontevedra, principalmente Vigo, y naturalmente Santiago. No se puede entender este ataque a la cultura gallega localizada en La Coruña. Y no basta con aducir como razón el factor político, porque en otras ciudades tampoco gobierna el PP y se envían sustanciosos fondos monetarios, se agilizan los trámites y se apoyan las iniciativas. Aquí no nos toca nada. Es injusto, arbitrario y caciquil este modo de proceder. Ahí tiene la candidata del PP a la alcaldía, Beatriz Mato, una buena oportunidad para que de una vez por todas se termine con esta tomadura de pelo. Ya que hasta ahora poco ha hecho por su ciudad, este sería el momento de dar un giro a las cosas. La Coruña no puede votar al PP si no cambia de actitud, y no puede seguir admitiendo que se le trate de esta manera. Y lo peor de todo ¿Cuál es la razón real de esta marginación? Al menos somos merecedores de una explicación, pues para algo somos gallegos como los demás y somos los que más impuestos pagamos a la Xunta y al Estado. Un buen argumento, sin duda, para los partidos de la oposición de cara a las futuras elecciones.