Coruña – Ferrol: unidos por un gran proyecto para la Galicia del futuro

Las regiones y las ciudades son la base fundamental para la construcción de un mundo más sostenible y a la vez mejor desarrollado, porque es en ellas donde se concentra el 70% de la población mundial y en donde se genera la mayor parte de la actividad económica.

Hay países y regiones avanzadas que saben proyectar el futro con planes ambiciosos que al principio parecen utopías, pero que poco a poco se convierten en realidad; hay otros, donde las políticas urbanas y territoriales siguen ancladas en el minifundismo y sustentadas en los localismos, que son incapaces de superar la inmediatez y el cortoplacismo, que son siempre una barrera a la cooperación y a la acción conjunta siguiendo una hoja de ruta común. Y el futuro requiere proyectos ambiciosos e innovadores capaces de estructurar proyectos urbanos a gran escala que vayan más allá de un urbanísimo administrativista y competencial.

Esta situación es común a la mayor parte de España, y en Galicia el arraigo excesivo por nuestro endémico minifundismo territorial y urbano todavía más. De hecho, hay Comunidades Autónomas donde estos proyectos han tenido cierto éxito y apuntan ya logros importantes, como por ejemplo ocurre con la Bahía de Cádiz (un espacio con aspectos comunes a los nuestros), y en otros se empieza a pensar en una determinada dirección como ocurre en los caos de Alicante-Elx, Málaga-Costa del Sol o la Ciudad Astur.  Aquí ni siquiera tenemos un tren de cercanías competitivo, ni un metro, ni hay tranvías rápidos en las áreas urbanas. Somos la única Comunidad Autónoma donde ninguno de esos medios de movilidad se ha implantado. No deja de ser curioso.

DE LA CIUDAD DE LAS RÍAS A LA CIUDAD ÁRTABRA.

En el Golfo Ártabro, es decir el eje Ferrol-Coruña con extensiones hacia Cerceda- Carballo-Curtis-As Pontes- Teixeiro- la situación actual presenta una fuerte contradicción entre la fuerte expansión urbana e industrial y la desorganización territorial, lo  que se traduce en graves problemas de movilidad, en no menos graves déficits de grandes infraestructuras y en la continuidad de una expansión residencial caótica que amenaza la propia sostenibilidad territorial.

Pensemos ahora en  el previsible crecimiento económico, demográfico y de movilidad que los grandes proyectos de inversión en energías renovables,  en economía circular, y en industrias avanzadas, traerán consigo afortunadamente; a ellos sumaremos  la previsible intensificación del turismo como consecuencia del cambio climático y el posicionamiento de esta zona como un refugio climático con una temporada alta ampliada; y ,en tercer lugar, una tierra fértil y muy productiva en un microclima favorable, donde la agricultura y la ganadería ecológica presenta enormes oportunidades para abastecer la demanda creciente de productos Km0.

La suma de estos y otros factores, más la deficiente y anticuada red de carreteras, ferrocarriles y vías de alta capacidad, harán que- de seguir como hasta ahora-  en el Golfo Ártabro no muy tarde se produzcan importantes problemas de sostenibilidad, de eficiencia económica y de atractividad; como consecuencia de una falta de planificación que no es más que el resultado de la falta de una visión anticipativa necesaria para proyectar y preparar el futuro, y hacer frente a los nuevos retos de una manera ordenada y dentro de un desarrollo territorial equilibrado. Se sigue con el parcheo de siempre y poco más.

Ante un horizonte como este, es ahora el momento de volver sobre una vieja idea: la Ciudad de las Rías, aunque adaptada a las dimensiones y condicionantes actuales, y orientada a los nuevos objetivos del desarrollo urbano y territorial, e incluyendo no solo el litoral sino también espacios interiores de las comarcas de Ferrolterra, Eume, Betanzos, Coruña, Bergantiños y parte de la de Ordes. Ese es el escenario actual donde vive más del 30% de la población gallega y donde se genera el 60% de la riqueza regional, y que pivota sobre los grandes centros urbanos e industriales, y particularmente sobre los grandes conjuntos portuarios de A Coruña-Langosteira y Ferrol-Caneliñas. Ese es el reto.

EN UN ESPACIO GEOGRAFICO MUY VALIOSO PERO AMENAZADO

Y todo eso en un área geográfica muy sensible medioambiental y paisajísticamente, con un gran patrimonio histórico y cultural. Dentro del Golfo Ártabro esta un Parque Natural(el del Eume hoy muy mal gestionando), una Reserva de la Biosfera en As Mariñas, , varios caminos culturales europeos, y en los bordes el geoparque mundial de Ortegal, más amplios espacios litorales, fluviales y humedales protegidos. En pocos lugares se pueden contar tantos espacios protegidos y con reconocimiento mundial.

Y qué decir del patrimonio histórico y arquitectónico y de su abandono. Solo unas muestras: el estado de ruina del monasterio de Monfero o el de  Montefaro , o el campo de mamoas del Monte do Gato, los restos de castillos y fortalezas, muchas iglesias de interés artístico e histórico,  e innumerables conjuntos de valor etnográfico y cultural, también el conjunto de baterías del sistema defensivo del área de Ferrol de importante valor histórico. Y en, otro orden de cosas, los grandes miradores naturales de Montefaro, Monte Ventoso, Libunca, Breamo, Xalo, monte Neme y otros, carecen de adecuación para el acceso y de información de visitantes. Y esta red de indudable valor esta amenazada por un crecimiento descontrolado, por parques eólicos, por líneas de alta tensión, por barreras visuales de eucaliptus que invaden suelos antes productivos, o por una urbanización costera masificada y de dudoso gusto. Todavía podría extenderme más y descender a mas detalles, pero creo que con esto basta para ejemplificar la situación. No puede dejarse solo en manos de los concellos porque no tienen capacidad para cometer las intervenciones necesarias. En las Directrices de Ordenación Territorial de Galicia había un instrumento pensado para esta zona, pero nunca hubo interés en ponerlo en marcha, ni nadie lo solicitó. Y ante la desidia de los gobernantes y la dejadez de muchos ciudadanos, el Golfo Ártabro- a pesar de su valor-  sigue siendo un espacio amenazado. Y cada año que pasa más.

SE ATISBA UN NUEVO FUTURO QUE DEBEMOS GESTIONAR MEJOR.

El objetivo de Albalat de proyectar un desarrollo residencial compatible con el paisaje, siguiendo modelos urbanísticos de la época, hoy ya superados, la Ciudad de las Rías, sigue siendo una necesidad, pero hoy mucho más justificada por el crecimiento acumulado, el desorden heredado, y las amenazas al territorio que las nuevas oportunidades industriales pueden generar. Antes era una idea preventiva ahora es un reto necesario.

Hay que elevar la mirada y ampliar los horizontes. Cualquiera que tenga una visión amplia y de futuro comprenderá que estamos, como siempre estuvimos, ante una gran oportunidad para planificar nuestro futuro con un proyecto ambicioso, donde la sostenibilidad deje de ser un enunciado genérico para transformarse en una realidad visible. En el Golfo Artabro podemos construir uno de los espacios urbanos o rururbanos más atractivos y valiosos de Europa, y no exagero, y aportar al futuro de Galicia un gran proyecto de ciudad metropolitana sostenible, habitable y competitiva. Una gran ciudad metropolitana policéntrica que nos posicione en el mapa mundial de ciudades y nos haga más atractivos para nuevas inversiones, para nuevos visitantes, para nuevos residentes.

Y no sería tan difícil si las instituciones que tienen capacidad de ponerlo en marcha tomaran una decisión, desde la Xunta a la Diputación y principalmente desde los propios ayuntamientos. Se trata solo de pensar, de proyectar y de planificar el futuro, elevando la mirada hacia un tiempo más competitivo para Galicia. Esa es la buena política… El Golfo Ártabro   se lo merece y Galicia lo necesita. Los que vengan detrás nos lo agradecerán sin duda. Yo, como otros, llevo muchos años proponiéndolo, pero  a la vista de los  resultados ( la primera publicación fue de 1982) no ha sido una preocupación muy efectiva. Pero aun sigo creyendo en ella.