Sobre la necesidad de conectar los nuevos puertos por ferrocarril para que resulten funcionales y competitivos…
El pasado 6 de junio, una información de Ferrol en LVG, daba cuenta de que el puerto de Ferrol está aportando prácticamente la mitad del volumen del tráfico marítimo de Galicia. Esta nota pone sobre la mesa varios temas que se deben analizar por separado.
De una parte, la índole de las cargas y productos que generan el tráfico marítimo gallego, y su reparto entre las diferentes infraestructuras portuarias de Galicia, y de otra parte, las facilidades para alimentar de cargas las radas comerciales gallegas y distribuir los productos destinados a la Comunidad o más allá.
Partimos de que el conjunto total de los movimientos de toda nuestra red portuaria está llegando a ser irrelevante en el conjunto del tráfico marítimo peninsular. Un sólo puerto del norte de Portugal –Leixoes- supera a nuestra globalidad. En la propia España, nuestro tráfico conjunto de los 5 puertos de la Comunidad es inferior a los principales puertos españoles.
Aquí, algunos expertos podrían sacar la conclusión de que sobran puertos. Tal vez no les falte razón, pues también aquí somos minifundistas y pecadores de localismo. 5 grandes puertos para el mismo territorio que Cataluña, donde solo hay 2 para un volumen más del doble de población con muy superior PIB. ¿Cómo pueden ser rentables algunos de nuestros puertos que no alcanzan ni la quinta parte del tráfico de aquellos, con costes de funcionamiento y amortización superiores?
Pero los puertos “ya existen”, alguien -políticos y técnicos superexpertos- los proyectaron y construyeron y ahora no se van a dinamitar. Así que entonces “quien corresponda” debería estar haciendo todo lo posible por generar tráficos para rentabilizar estas costosas infraestructuras.
Pero mucho me temo que “quien corresponda” lo va a tener muy, muy difícil. Un puerto sin ferrocarril es como un embalse para riego sin canales o uno de abastecimiento urbano sin tuberías. Habría que llevar el agua en cisternas, aumentando costes y dificultando la funcionalidad…
Tras años y años denunciando la pobre infraestructura y habilitación para facilitar el acceso de las mercancías a los puertos existentes, resulta que los nuevos y ya en servicio (Langosteira en Coruña y Caneliñas en Ferrol) se construyen sin previsión de una línea que alimente o distribuya mercancías por la red ferroviaria de la Península.
Hay un verdadero pasotismo por parte de empresarios, autoridades y políticos que se pone de manifiesto por la nula actuación, y ausencia de reivindicación sobre la necesidad de contar con acceso ferroviario a los nuevos puertos ya. Y esta facilidad de contar con servicio ferroviario es la única forma garantizada de que los tráficos pueden ampliarse, atrayendo nuevos y más voluminosos productos.
En cualquier caso, un nuevo problema se avecina respecto de la funcionalidad ferroviaria de los puertos. Ni Fomento, ni las autoridades autonómicas o locales están afrontando la nueva situación que se va a producir en el año 2018, que llegará antes de darnos cuenta. La llegada de los verdaderos trenes AVEs exige habilitar las líneas por las que circule, con el ancho de vía europeo. El hecho es que Fomento ha construido el Eje Atlántico “machacando” en no pocos kilómetros la línea convencional existente. Y su migración al ancho europeo impedirá la circulación de trenes mercantes y de cualquier otro tren existente de ancho ibérico.
Ya va siendo hora de que empresarios, ayuntamientos afectados y Xunta de Galicia, planteen a Fomento la necesidad de conocer “¿Cómo va a quedar la red ferroviaria gallega? y ¿cuáles van a ser las características de la explotación de nuestra líneas para facilitar el tráfico de los 7 puertos con que cuenta ya la Comunidad, cuatro de los cuales se hallan en Artabria?