El conocido diario inglés The Daily Telegraph incluye a La Coruña entre las ciudades más subestimadas de España. ¿Qué se entiende cuando algo está subestimado? Sencillamente, que está estimado por debajo de su valor. A mí me sorprendió la noticia, por eso paso a comentarlo. Diré en primer lugar, que no me agrada demasiado detenerme en estas cuestiones porque tiene siempre un tufo localista, pero hay ocasiones que me siento impelido a escribir. Y lo hago porque los seguidores esperan que desde la Asociación Metropolitana 3.0 defendamos los intereses de la ciudad y de su área metropolitana, que cada vez más forman un todo común. La verdad es que la cuestión suscitada podría sernos indiferente si tenemos en cuenta que los datos económicos, demográficos, culturales disponibles refuerzan cada vez más el liderazgo urbano de nuestra Ciudad Metropolitana en el noroeste de España. ¿Qué es lo que pasa para que su valoración sea inferior a lo debido? Aportaré algunas opiniones
Un liderazgo urbano en la sombra.
A menudo los medios, y también algunas personas, confunden el liderazgo urbano con el liderazgo político de la ciudad o el de su alcalde. Y no es así, porque el liderazgo urbano hace referencia a la preeminencia funcional, económica y cultural de una ciudad en su región o en su país, lo que los franceses atribuyen al rango de las metrópolis regionales. Un título que en su día puse a un extenso libro que escribí sobre esta ciudad (1990). Estos son los hechos objetivos: según las publicaciones especializadas seguimos acumulando en nuestra comarca el 40% del producto regional, el 30% del empleo y más del 20% del PIB. También es el área donde el crecimiento de la población es más notorio, principalmente en la periferia urbana y metropolitana; es también el destino turístico con una estancia media anual mayor y con el mejor índice de rentabilidad del sector, ocupando un puesto relevante en Galicia como destino turístico de calidad que es el objetivo que se persigue, lejos de la masificación que en otros lugares celebran y nosotros deberíamos evitar. Sin olvidar el papel que empieza a jugar el puerto exterior en la reactivación industrial y marítima de la ciudad, o el impulso creativo de nuestras principales empresas, cada vez más especializadas, más competitivas y por eso más internacionalizadas, lo que aporta un plus de calidad al empleo y a las ligazones profesionales laterales y descendentes. Somos con Bilbao una metrópoli económica en el norte de España, y, tenemos, por tanto, un liderazgo urbano significativo entre las ciudades medias españolas, es decir las que no llegan al millón de habitantes (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga y Bilbao). Por su rango urbano, económico y funcional y sobremodo por su peso empresarial A Coruña sea posiblemente la primera de las ciudades medias, aunque tenga menos habitantes, pero carece de un proyecto de ciudad a medio y largo plazo serio y ambicioso. Todas las ciudades españolas que mejoraron posiciones y también estimación personal y colectiva tuvieron un proyecto de ciudad como punto de partida. Primero Sevilla, Bilbao y Barcelona; después Valencia y alago más tarde Málaga. Todas son ciudades lideres. Ahora juegan en otra liga, como lamentablemente el Depor.
Pero ese liderazgo se puede acrecentar, si se logra avanzar con la ambición debida en los grandes proyectos urbanos, o se puede perder, como está ocurriendo en el contexto actual, donde hay otra ciudad media-Zaragoza- que por su situación geográfica y su capacidad de gestión de un proyecto de ciudad bien pensado-está mejorando su posicionamiento. En cambio aquí incluso los grandes temas que tenemos pendientes se mueven entre sombras. Primero, el aletargado aeropuerto de Alvedro, que tal vez la acertada política turística actual puede revertirlo. Más llamativo es el caso de la Ciudad de las Tics donde la Xunta no acaba de poner el interés que la entidad del proyecto y de la ciudad debería, dejándola a la cola de las inversiones en comparación con los otros polos de innovación tecnológica regional; pero tampoco la ciudad apoya con la fuerza debida su candidatura a albergar la Agencia Española de Inteligencia Artificial en el caso de que se instale en Galicia. Fue la primera en solicitarlo, pero ahora ha perdido el paso ante el empuje de Santiago, con el alcalde a la cabeza presentándolo como proyecto estrella, con el apoyo de la Xunta, de la Universidad y de otras instituciones que están reforzando su propuesta como la ganadora. Mejor va el Green Port, un gran proyecto para convertir Langosteira en un hub energético y de grandes graneles que avanza lentamente, pero tiene un futuro prometedor, pudiendo convertirse en la palanca más importante del desarrollo industrial metropolitano. Peor posicionados estamos en la política regional de promoción turística que promueve la Xunta, donde nuestra presencia es casi testimonial (la Torre de Hércules), quedando casi siempre al margen de las inversiones y de los esfuerzos promocionales, centrados en los tres destinos turísticos preferenciales: Santiago y los Caminos, Rias Baixas (Vigo-Cíes y Sanxenxo) y Ribeira Sacra. La nueva gerencia del Consorcio de Turismo está dando pasos muy importantes y muy bien orientados para compensar esa marginación. Es por eso un liderazgo urbano en la sombra, es decir ensombrecido pro la falta de impulso de las propias instituciones y por su escasa capacidad de reacción a las dificultades. ¿La Causa? Posiblemente que hasta ahora no fueron capaces de articular un proyecto de ciudad apropiado a una urbe que quiere ser líder, haciendo que cada instancia actúe por separado y así las oportunidades se van perdiendo, porque potras ciudades más competitivas las ganan. El caso mas lamentable es el retraso en la renovación de la fachada portuaria por los personalismos políticos, que han hecho perder importantes oportunidades inversoras (la financiación de la prolongación del túnel, por ejemplo) que tal vez en el nuevo contexto político gallego no vuelvan a alcanzarse.
Viendo, así las cosas, tal vez tenga razón el diario británico aludido cuando dice que A Coruña es “una ciudad subestimada”, al menos vista desde fuera, pero creo que también pasa lo mismo cuando se percibe desde dentro. Los propios coruñeses, e incluso sus dirigentes, subestiman con frecuencia a su propia ciudad y a sus posibilidades futuras. Pero no es la única causa.
El apagón en la prensa regional.
La presencia mediática constituye un factor esencial para visibilizar y poner en valor una ciudad. Por eso, empecé por hacer un seguimiento de la prensa regional este verano (en la nacional es diferente) para ver si la ciudad estaba subestimada, y encontré algunos hechos curiosos. Al ser periodo estival el principal tema informativo regional fue el turismo y las fiestas, ambos muy vinculados entre sí, y al referenciar las informaciones publicadas comprobé como determinados medios insisten siempre en los mismos lugares, que casualmente coinciden con los que la Xunta promociona en su campaña anual. Sea la dotación y ocupación hotelera, sean los puertos deportivos y sus amarres, sean las actividades culturales o festivas, sean las escalas de cruceros en el puerto, o sean las relacionadas con la restauración y gastronomía y ocio en general. Se percibe fácilmente que se produce un verdadero apagón informativo, incluso en medios de la propia ciudad. Es más, a menudo se resalta la condición local en la referenciación geográfica de las noticias en otras ciudades, mientras que cuando se trata de A Coruña su referencia se difumina con calificativos más generalistas. ¿Es casualidad? No lo sé, pero es llamativo. Más lo es aún que en cierta prensa de Vigo a esta zona solo se la mencione para dar noticias negativas. Tal vez- me dirán- que esta apreciación es un exceso de susceptibilidad informativa, pero no creo me equivoque en afirmar que hay una manipulación informativa en función de los intereses políticos locales o regionales; siendo tal vez-a la vista de las referencias que analicé en agosto- en la prensa compostelana donde las noticias son más ecuánimes. Y ya si hablamos de las llamadas “abeladas” (de Abel Caballero) ni te cuento. Ahora, en una verdadera apoteosis localista, ya habla de ser capital regional, sede provincial, y tener la delegación del gobierno y el tribunal de justicia, por el hecho de que Vigo es la ciudad “más importante de Galicia”, aunque lo sea solo porque en su Ayuntamiento viven 30 mil habitantes más que en que le sigue en la lista. Pero ¿Quién piensa que una ciudad es más importante que otra porque tenga un 10% más de habitantes? En realidad, es una tontería localista, y no la mencionaría si no fuera porque a pesar de serlo, lo repiten constantemente casi todos los medios gallegos. Claro que el alcalde vigués se ha convertido en un showman reputado, que contribuye con sus apariciones a poner a la ciudad en el mapa de las ciudades más conocidas de España, revelándose como el principal vendedor e influencer de Vigo. Y de hecho, Vigo no aparece en la lista de las ciudades subestimadas que elaboró el diario inglés. .
El apagón político.
Con la marcha de Feijoo a Madrid también se produjo un apagón informativo de la ciudad y, lo que es más importante, una pérdida de interés en la nueva estrategia política del gobierno regional. Para la Xunta y su presidente Galicia es solo el Xacobeo, Sanxenxo y Vigo, al menos si se atiende a su presencialidad este verano. Hubo una presencia casi diaria del presidente de la Xunta, acompañada de un continuo anuncio de inversiones en la ciudad olívica, seguramente para contrarrestar la campaña del alcalde Caballero acusando a la Xunta de no invertir en Vigo. Por contraste, en A Coruña estuvo para decirle a sus políticos locales “que no deriven hacia el localismo”, o lo que es lo mismo que no reclamen más de lo que se le asigne, aunque la ciudad pueda salir perjudicada. Desde luego mal comienzo para una campaña que pretende ganar las elecciones locales en A Coruña. Otra demostración de esa deriva localista fue la presencia de invitados vips en Vigo con ocasión del concierto de C. Tangana, hijo de un amigo mío de Vigo, donde Rueda estuvo como anfitrión del Xacobeo organizador.
Pero, para evitar la deriva localista, debemos pensar que frente a la Galicia caciquil, hay otra Galicia donde los políticos trabajan y defienden a su ciudad más allá del localismo. Así ocurre en Pontevedra, en Santiago, en A Coruña, en Ferrol, y en Lugo. No menciono Ourense porque su anómala deriva política ha alcanzado niveles grotescos. Políticos que trabajan sin importarle demasiado la visión de Galicia que nos cuentan los medios pagados por las administraciones respectivas. Es a esa Galicia moderna y abierta a la que A Coruña pertenece, e incluso lidera con su talante liberal identitario, a la que tenemos obligación de defender, sin localismos políticos excesivos o localismos informativos reduccionistas. Y esa es la Galicia Metropolitana que desde esta Asociación se defiende.
En fin, la cuestión no tendrá mayor importancia, ya que los datos objetivos están ahí y se reiteran cada año de manera casi tozuda, si no fuera por qué poco a poco se va manipulando la opinión de los gallegos sobre su propia realidad geográfica, y la visión que se tiene desde fuera de Galicia. Cada ciudad tiene lo que tiene, cada ciudad debe defender sus objetivos de mejora, cada ciudad debe buscar como ser más competitiva, cada ciudad debe seguir promocionando su identidad propia, eso que hace diferente a una de otra sin entrar en comparaciones tóxicas o políticas tendenciosas. Lo importante es que cada ciudad, con su alcalde a la cabeza, sea capaz de liderar un proyecto de ciudad propio y diferenciado, y que los medios deberían centrar su actuación en informar en esa dirección, sin caer en localismos interesados, casi siempre injustos o al menos parciales, según aquello de que todo es localismo menos el mío. Lo que no se debe hacer es manejar la información para satisfacer intereses políticos localistas, pero por desgracia estamos muy a acostumbrados a verlo.
Pero ¿Por qué es malo ser una ciudad subestimada?
La confianza, el aprecio y el valor en algo es algo más que la autoestima localista, y ser estimado hace que los lugares, en este caso las ciudades, luchen con mayor brío por sus propios objetivos y disfruten de una mayor satisfacción en su sentido de pertenencia. Es por eso un tendón psicológico excepcional. Sin embargo, si la afección personal a la ciudad se diluye en la aceptación de las situaciones, la autoestima, tal como no señala Albert Ellis, va disminuyendo, porque “no basta con aceptarnos a nosotros mismos o a nuestra ciudad, tenemos que valorarnos”. De ahí que cuando se perciba que una ciudad esta subestimada, se haga necesario poner en marcha una política de autoestima que refuerce el sentido de pertenencia y el posicionamiento de la ciudad en el ideario colectivo. Y la mejor manera de lograrlo es teniendo un proyecto de ciudad que cree ilusión y contribuya a poner A Coruña en el imaginario colectivo dentro de las ciudades de futuro. Por eso el que un diario inglés nos considere como una ciudad subestimada, debería hacernos pensar a todos, porque todos podemos ser prescriptores. Tal vez se detecte una cierta apatía ciudadana- e incluso institucional- ante los temas de la ciudad, con una baja implicación general; tal vez falte el liderazgo personal, o tal vez ante la falta de proyecto cada uno siga su camino, y la ciudad el de nadie. Es importante que nos estimemos- sin caer en chauvinismos- y que nos estimen los demás, sin entrar en localismo pueblerinos. Es cosa de actuar. Los valores los tenemos sobrados. Falta el proyecto.
A Coruña suspende en marketing urbano.
Pero no quiero terminar este comentario sin añadir una idea más: además de la falta de un proyecto, tal vez sea la carencia de una estrategia de promoción mediática de la ciudad lo que esté en la causa de ese apagón informativo y promocional. Hoy todas las ciudades que quieren posicionarse piensan en cómo crear una imagen atractiva para visitantes e inversores, y para ello necesitan poner en marcha un departamento que envíe noticias de la ciudad frecuentemente, tanto en medios escritos como en las redes aplicando las técnicas del marketing digital. Una factoría de noticias es siempre una buena estrategia de posicionamiento. Aquí normalmente los gabinetes de prensa de las instituciones orientan su tarea a la comunicación local centrada en los objetivos de la propia institución, pero falta por hacer una promoción conjunta de la ciudad. La verdad es que A Coruña nunca ha sido una ciudad destacada en el márketing urbano. Y eso es la clave para hacer frente a los apagones referidos y para salir de la lista de las ciudades subestimadas. Claro que para eso hace falta primero lo primero que hace falta es tener un proyecto de ciudad con el que todos se sientan participes e identificados. Y no me refiero a un proceso participativo vecinal o de base, cuyo alcance es el que es, sino a un plan en el que tengan participación los principales actores urbanos, del municipio y del área metropolitana. Parece evidente que si no hay proyecto no puede haber difusión, a no ser que se limite a la promoción turística, tal como ahora ocurre. Por algo somos una ciudad subestimada. El propio redactar debió de constarlo al comparar la reducida presencialidad de la ciudad en el exterior y el potencial enorme que A Coruña tiene.