El crecimiento urbano que ha experimentado la ciudad en las últimas décadas ha supuesto la integración en su malla urbana y residencial de importantes bolsas de suelo empresarial, que cuando se desarrollaron en la década de los 60 del pasado siglo estaban situadas en la periferia. Hoy, Agrela y Pocomaco son dos barrios más de A Coruña a los que acudimos con frecuencia, no sólo a trabajar, sino también a realizar nuestras compras, practicar deporte, comer e, incluso, a visitar nuevos museos (el Mega) o galerías de arte (Colección Jove y anteriormente el MAC).
Esta integración de los dos principales polígonos de la ciudad en el tejido urbano y en su dinámica económica y social, también ha cambiado la naturaleza de las empresas que allí se han ido instalando. Progresivamente han ido desapareciendo muchas las empresas vinculadas al sector secundario y han ido adquiriendo predominio aquellas otras dedicadas a la distribución, el comercio minorista o los servicios.
Pero, entonces, ¿a dónde han ido a parar esas empresas con un carácter más industrial?
Algunas han desaparecido, porque nuestra ciudad no ha sido ajena a la evolución que han experimentado todas las economías occidentales con el auge de la terciarización, en ellas sector servicios ya genera más riqueza que los sectores industrial y primario. Sin embargo, este factor de naturaleza global no explica en su totalidad la nueva especialización espontanea que están experimentando los polígonos de nuestra área metropolitana: podemos observar un desplazamiento espacial de las empresas de naturaleza industrial desde los polígonos ubicados dentro de los límites municipales de A Coruña hacia otras áreas empresariales del ámbito metropolitano.
Este es el contexto en el que, en los últimos años, observamos como progresivamente se está perfilando un nuevo eje industrial en torno a la autopista autonómica AG-55 y al puerto exterior.
El Eje Industrial Arteixo – A Laracha – Carballo.
Este eje, situado al oeste del área metropolitana, se despliega hacia los municipios de Arteixo, A Laracha y Carballo. Un espacio vinculado tradicionalmente al sector primario pero que en las últimas décadas está adquiriendo un importante dinamismo económico y demográfico (entre los tres municipios superan los 75.000 habitantes).
1. Qué decir da Sabón, la segunda área empresarial de Galicia por superficie bruta (3.287.910 metros cuadrados) y sede de Inditex, una de las joyas de la corona de la economía española. Es ya un polígono maduro y con una ocupación cercana al 100%. Si hace unos años se había hablado de un posible traslado de la sede de Inditex a Madrid, hoy por hoy, la apuesta por Arteixo de la multinacional parece clara y se nota en las nuevas instalaciones centrales y en la política de adquisición de terrenos que está realizando. Esta dinámica expansiva y las necesidades de suelo de las empresas instaladas allí, como también en Agrela, explica el desarrollo de un nuevo parque empresarial en Morás, en el propio municipio, por parte del Instituto Galega de Vivenda e Solo (IGVS). Morás nace vinculado al puerto exterior y con el traslado de las instalaciones de Estrella Galicia desde Agrela y del Grupo Aluman desde Sabón ya tiene comprometida la ocupación del 70% de su superficie (950.000 metros cuadrados).
2. A Laracha pasó a primera línea en 2017 cuando se anunció que Inditex situaría su nuevo centro de distribución en su polígono para lo que adquiría una superficie de 280.000 metros cuadrados de los 825.000 de los que dispone el parque. Desde el año pasado este nuevo centro logístico ya está operativo y dada la demanda de suelo que existe en la zona, Suelo Empresarial de Atlántico, la sociedad pública dependiente de SEPE encargada de su promoción, valora una próxima ampliación.
3. En el extremo oeste del eje se sitúa Carballo. Sede de otra importante multinacional gallega, la conservera Calvo, que tiene sus instalaciones centrales en el borde del núcleo urbano; sin embargo, es su polígono industrial el que está adquiriendo un notable dinamismo. Con una superficie de 1.218.000 metros cuadraos, tiene un índice de ocupación superior al 80% siendo uno de los parques empresariales gallegos con mayor demanda de suelo industrial, lo que ha llevado al IGVS a iniciar la adquisición de los terrenos limítrofes para ampliar el polígono en 400.000 metros cuadrados más. Actualmente los sectores predominantes son los del transporte, la construcción y la industria auxiliar; aunque en los últimos años se han implantado o adquirido parcelas importantes empresas industriales como Hierros Añón o Genesal Energy. En este polígono también se encuentra situado el vivero de empresas de la Camara de Comercio de A Coruña.
4. Finalmente, hay que hablar del puerto exterior al que está conectados estos cuatro polígonos a través de la autopista AG-55. Sin entrar en debates en torno al futuro de nuestro puerto, parece evidente que es la dársena exterior la que mayor tráfico y dinamismo va a adquirir en los próximos años, fundamentalmente con el traslado de las empresas ubicadas en los muelles interiores y sobre todo con el traslado de la Repsol y la anunciada instalación de otra terminal de hidrocarburos.
Analizando todos estos factores, podemos afirmar que el eje formado por Arteixo, A Laracha y Carballo es una realidad industrial de una envergadura tal que lo hace equiparable al tradicional polo industrial vigués (Vigo-Mos-Porrriño). Los alcaldes de los tres municipios implicados, dos del Partido Popular y uno del BNG, son conscientes de la oportunidad que esto supone para su territorio y se han puesto manos a la obra realizando un trabajo conjunto a la hora de captar recursos para la zona. Carlos Calvelo, alcalde de Arteixo, de manera inteligente, no se ha cortado en reclamar la inclusión de A Laracha y Carballo en la futura Área Metropolitana de A Coruña lo que permitiría llevar al papel lo que ya es una realidad desde el punto de vista demográfico y funcional. Otra cosa es que esta iniciativa logre llevarse a cabo debido al permanente desencuentro de los alcaldes del sector oriental.
La irrupción del COVID-19 ha supuesto un freno a estos movimientos, sin embargo, para aprovechar la oportunidad que ofrece esta nueva realidad industrial metropolitana hay que seguir dando pasos, y dotar a este incipiente cluster territorial del soporte institucional necesario para ganar en competitividad y, así, posicionar nuestra región urbana como un actor industrial relevante en la fachada atlántica europea. Para ello es imprescindible (1) superar visiones excesivamente administrativistas de cómo debe diseñarse la nueva gobernanza metropolitana, así como (2) implicar al tejido empresarial a través de la Oficina de Promoción Industrial de la Cámara de Comercio y de las entidades empresariales locales que ya trabajan sobre el terreno.
Decíamos al inicio de este artículo que A Coruña no había sido ajena al proceso de desindustrialización de las sociedades occidentales. El COVID-19 ha puesto todo patas arriba y parece que la apuesta de futuro pasa otra vez porque el sector secundario recupere peso en el PIB de los países europeos. Parece que esta vez no partimos de cero.