Sobre la pérdida de importancia de las fiestas del Rosario en contraposición a San Juan.
Pasaba por la plaza de María Pita y me paré para mirar como un grupo de ciudadanos estaban tejiendo en el suelo una bella alfombra floral. Su destino era el paso del trono de nuestra patrona la Virgen del Rosario. Al entablar una conversación, admirado por el primor del trabajo, un grupo numeroso entonó como un coro bien conjuntado una queja común: “somos la única ciudad que no tiene fiesta de la patrona”. Y añadieron más asertos que no creo prudente reproducir ahora.Ya otros coruñeses me habían comentado anteriormente el tema, pero nunca con tanta vehemencia. Solo repetiré uno de ellos.”Ya ve , cambiaron la fiesta de la ciudad por un macrobotellón en la playa. Son los tiempos que corren, pero nosotros no estamos de acuerdo y esta alfombra es, por eso, también un modo de hacer pública nuestra defensa de la fiesta mayor de la ciudad”.
Evidentemente hay razones justificativas y opiniones de todo tipo, pero en cualquier caso lo que no parece acertado es haber suprimido la tradicional fiesta del Rosario, propio de la ciudad, por un evento común a muchas ciudades. Es necesario buscar una fórmula eficaz para compaginar todos los intereses que hay en juego, y que son muchos, pero en estos tiempos globales todos debemos hacer un esfuerzo para que las tradiciones locales, los eventos de raigambre histórica, las conmemoraciones que forman parte de la propia identidad urbana, como la Fiesta del Rosario, no se pierdan en la nebulosa de la modernidad mal entendida.
Cierto que tampoco se trata de convertirlo en una fiesta de barrio, como venía aconteciendo en los últimos años, sino de pensar un nuevo formato para hacer de la celebración de nuestra fiesta mayor un acontecimiento de proyección de la ciudad, que atraiga visitantes de todas partes y que contribuya a enaltecer la gran tradición histórica que La Coruña atesora. Otras ciudades lo lograron con éxito. Es solo cuestión de rebuscar en el pasado para recrear un evento original, creativo y de calidad. Eso también será un motivo de valorización de la ciudad. Desde esta asociación metropolitana, sugiero la posibilidad de poner en marcha un foro de iniciativas para recoger ideas que permitan diseñar unas Fiestas de la Ciudad en torno a su patrona, como hacen todas las ciudades de Galicia, de España y también de Europa. Y hablo de una lectura culta y abierta de nuestras tradiciones y que a la vez sea una cita festiva atractiva para todos.