Sobre la historia de los hermanamientos entre urbes, mostrando los casos de Coruña y lo que debería darse con esta unión entre ciudades.
Se suele realizar un hermanamiento entre municipios cuando determinados actores detectan ciertas afinidades e intereses comunes. Actualmente se está convirtiendo en una necesidad cada vez más sentida intensificar los lazos de fraternidad, así como los intercambios culturales, técnicos, científicos, económicos y educacionales: de hecho la concertación de acuerdos internacionales avalados por sus resultados revela que llegan a constituir verdaderos vínculos institucionales efectivos.
Ahora bien, el hermanamiento no hace referencia a encuentros o relaciones coyunturales ocasionales más bien consiste en instaurar relaciones con una vocación de permanencia y periodicidad, no sólo a nivel de órganos o autoridades oficiales, sino que incumben a la población canalizando la participación activa de todos los miembros de la colectividad municipal y, en algunos proyectos concretos, directamente la población. Tal es el impacto que puede alcanzar un hermanamiento impulsado correctamente a la población de las ciudades y sus áreas de influencia que incluso habría que analizar la posibilidad de incorporarlo en el catálogo de servicios públicos. El hermanamiento ofrece la posibilidad de ampliar el concepto de servicio público tal como se entiende en la actualidad para los ciudadanos de municipios o zonas metropolitanas incluidos en este proceso.
Un poco de historia
Tanto en los Estados Unidos como en Europa los hermanamientos comenzaron poco después de la segunda guerra mundial. La mayoría de los hermanamientos unían a ciudades de países que habían estado separados por la guerra, marcando así una fuerte voluntad de las Autoridades municipales y de los ciudadanos a no volver a vivir esos acontecimientos.
Desde 1989, gracias a una iniciativa del Parlamento Europeo, la Unión Europea financia en parte a los hermanamientos, en especial a los que muestran un valor europeo añadido.
El movimiento de los hermanamientos ha contribuido, durante más de medio siglo, al desarrollo pacífico de Europa, favoreciendo la integración de nuevos países en la Unión.
Interés
El hermanamiento puede parecer intangible o incluso etéreo pero realmente tiene consecuencias de gran interés por lo que atañe a la generación de nuevas actividades e inercias que no podrían existir previamente.
Así, proporciona un mayor acercamiento entre las ciudades del mundo para lograr intercambios económicos, sociales y culturales. Entre los objetivos, podemos destacar el estrechamiento de “lazos de amistad” entre municipios, que se den a conocer las peculiaridades nuestras respectivas naciones con el turismo, el intercambio cultural, que se genere actividad económica, actividad educativa con intercambios entre zonas y el desarrollo social y cultural de las diferentes poblaciones.
Realmente, es profundizar en el entendimiento que un país tiene del otro y por ende el conocimiento entre las naciones y los integrantes de sus comunidades. Podemos hacer “buenos amigos” y echar por tierra las barreras y diferencias culturales.
Como ejemplo, la Federación Mundial de Ciudades hermanadas-Ciudades unidas ofrece una serie de principios de actuación a los que deberían ajustarse los hermanamientos:
- Libertad de expresión y comunicación de las personas de las ideas y de las informaciones.
- No discriminación ni exclusión de ciudades o personas por razón ideológica, política, geográfica, religiosa, étnica o cultural.
- No injerencia en los asuntos propios de cada ciudad o corporación.
- Prevalencia esencial de la naturaleza social y educativa de la institución del hermanamiento que debe actuar como un instrumento de formación ciudadana y cultura popular, excluyendo expresamente intereses partidistas o privados.
- Una vocación esencial de fomentar el bilingüismo, propiciando la aspiración a conocer y practicar otra lengua viva como medio de comunicación internacional.
- Cooperación recíproca entre ciudades y poblaciones para incrementar el desarrollo y camino para el entendimiento material e intelectual.
¿Funciona?
En Europa, el Consejo de Municipios y Regiones de Europa cifra en 40.000 municipios que se acogen a este movimiento, sólo para los países de ciudades hermanadas dentro del marco de la Unión, siendo Alemania, Francia e Italia los países que aúnan más hermanamientos con diferencia.
Un hermanamiento no se debe improvisar, sino que se debe abordar desde un análisis riguroso las siguientes orientaciones.
Escoger el buen hermano es obviamente fundamental
Implicar a la población, es necesaria la participación activa de las Autoridades y de la población. Los primeros deben explicar el proceso e involucrar a los segundos.
Definir unos objetivos comunes entre las dos zonas hermanadas, fijar plazos realistas para su ejecución y publicitar los logros obtenidos.
Crear una estructura permanente de apoyo para mantener en el tiempo el hermanamiento.
Implicar la estructura educativa (colegios, universidades) con intercambios entre alumnos, fomentar el estudio de la lengua.
Abordar los retos de nuestra época como el medioambiente, la inclusión social, el deporte.
Trabajar a largo plazo. Sólo una larga amistad permite a un municipio contar con el otro en caso de necesidad.
Pensar en el presupuesto. Toda colaboración internacional tiene un impacto económico, por lo que es indudable asignar un presupuesto anual, aunque sea modesto. Además, la asociación local de hermanamiento puede buscar medios de financiación suplementarios, lo cual va a beneficiar a toda la población.
Situación de A Coruña
Actualmente, la ciudad de A Coruña tiene varios hermanamientos con ciudades, a nivel nacional con Cádiz, en Europa con Brest (Francia), Mariglianela (Italia) y en Latinoamérica con Mar de Plata (Argentina), Recife (Brasil) y Caracas (Venezuela). Además, en septiembre de 2008 se ha hermanado la Torre de Hércules con la neoyorquina estatua de la Libertad (https://www.coruna.es/portal/es/detalle/torre-de-hercules/entidad/1149055943813).
La situación de nuestra ciudad no es muy diferente del resto de Galicia, los hermanamientos no suelen tener mucho impacto salvo el mediático en su momento, hecho ampliamente criticado por los ciudadanos, que perciben en los hermanamientos como un acto social de los políticos carente de contenido.
Es una tarea pendiente de nuestros municipios profundizar en utilizar los hermanamientos como mejora en varios ámbitos como el de la gestión, el intercambio cultural en las poblaciones afectadas potencia el incremento de la actividad económica, turismo y también en el resto de la economía local (inversiones, exportaciones). Queda por delante explotar y desarrollar la cultura de los hermanamientos, en estos tiempos en los cuales se hace hincapié en la participación ciudadana en las gestiones políticas, tanto a nivel municipal como en niveles de gestión más elevados. Más aun así, cabe señalar que en este ámbito existe una brecha entre las esferas del poder político y la realidad económica y social. Tal vez esta herramienta, que necesita de la implicación de los ciudadanos para llegar a su máxima expresión, sea una vía para reconciliar a los poderes públicos y sus administrados.