Interesante artículo sobre la actual y necesaria puesta en marcha del área metropolitana coruñesa para lograr mejorar y reforzar nuestra posición territorial y dinamismo económico.
Las informaciones sobre la entrada en el centro de la ciudad del transporte metropolitano y la contratación de asesorías para la constitución del área metropolitana, vuelven a poner en primer lugar el tema de las fusiones municipales. No me parece desacertado retomar este tema porque se conseguirían, al menos tres ventajas derivadas: facilitar la movilidad urbana, superar políticas localistas obstruccionistas, incrementar la participación de la ciudad en los presupuesto del estado y preparar una visión metropolitana actualizada y más ambiciosa con dimensiones de futuro, y que vaya más allá de un cuestión de gestión administrativa. Me explicaré:
1º) En el caso de La Coruña la ampliación del término municipal es necesario dado el desbordamiento del espacio construido más allá de los límites actuales, con el creciente desajuste entre el asentamiento de la población y las empresas y la organización de los servicios públicos básicos, entre ellos el sistema de transporte público. Tal como se están haciendo las cosas la constitución del área metropolitana me parece una entelequia, y si a eso se añade el marco legal preestableció el futuro no es halagüeño, porque la Xunta adoptó un modelo obsoleto y de escaso éxito donde se aplicó. Por eso, en lugar de seguir estancados, podemos dejar que la imaginación abra nuevos horizontes. Hablemos de las fusiones como metodología para lograr un espacio metropolitano fuerte y más competitivo. Por razones funcionales el primer paso sería la fusión de A Coruña con Arteixo, al que seguiría la fusión del espacio resultante con el de Culleredo. De este modo, el puerto, el aeropuerto, las principales empresas, y otros equipamientos de uso metropolitano quedarían dentro de la ciudad, lo que facilitaría la prestación de los servicios y la mejora de la movilidad.
2º) Dado este paso, el término municipal resultante ya alcanzaría los 300.000 habitantes, lo que automáticamente incrementaría la asignación de mayor aportación financiera del Estado a la ciudad, a la vez que nos posicionaba en el ranking como la mayor y más importante ciudad de Galicia en el sentido administrativo (en la realidad ya lo somos), y posiblemente recibiríamos una mayor atención inversora de la Xunta, aunque solo fuera por razones de acumulación de votos.
3º) El tercer paso sería la formación de agrupaciones funcionales mediante fusiones intermunicipales. Por ejemplo. Oleiros y Sada fusionados darían lugar a una zona residencial y turística que pronto superaría los 50.000 habitantes, y ofrecería una dotación completa y complementaria de servicios turísticos para una demanda de calidad. De otra parte, Cambre y Bergondo formarían una importante bolsa conjunta de suelo empresarial que equilibraría la tendencia a concentrarse en el sector occidental y reduciría los desplazamientos diarios al trabajo con su repercusión en la congestión del tráfico. También permitiría un planteamiento de las infraestructuras metropolitanas más abierto, donde las posiciones políticas obstruccionistas (caso de Cambre) no hacen más que retrasar o postergar las grandes inversiones (vía ártabra, ferrocarril, por ej.). En el mismo orden de cosas podríamos pensar en la fusión de Betanzos con sus municipios limítrofes, como Coirós, Aranga y también Paderne, dándole impulso a la ciudad brigantina. Quedan Abegondo, Carral y Oza-Cesures con una clara vocación para la nueva economía rural. Estaríamos hablando de cinco grandes municipios, uno de mayor de 300.000 habitantes, otros dos mayores de 50. 000, un cuarto de cerca de 30.000, más otro superior a los 10.000 habitantes. Un escenario de municipios fuertes y con mayores facilidades para la negociación conjunta de los grandes proyectos. Tendríamos así organizada la periferia urbana funcional mediante un sistema de municipios fuertes.
4º) Hay un último punto. Si aplicamos esta metodología al área de la anteriormente llamada Ciudad de las Rías, y que ahora he denominado Ciudad Ártabra o Región Urbana Ártabra, llegaremos a una propuesta como la siguiente: la fusión de Ferrol con Narón, y después de este conjunto con Neda y Fene, e incluso Mugardos y Ares, con lo cual daríamos forma administraba a la tercera aglomeración urbana de Galicia. En el espacio intermedio la fusión de Cabañas y Pontedeume con Miño y Villarmayor contribuiría a soldar los dos conjuntos, facilitando la formación de una nueva área metropolitana adaptada a las dimensiones consideradas como competitivas a escala internacional (el umbral se sitúa en los 600.000 habitantes) . Siguiendo por ese camino, pero en el lado contrario, podíamos pensar en fusionar Carballo, Laracha y Cerceda para formar una aglomeración económica superior a los 50.000 habitantes.
Finalmente tendríamos ocho municipios con un total que se aproximaría hacia los 700.000 residentes como horizonte probable, lo cual permitiría desarrollar estrategias de marketing urbano mucho más potentes para atraer empresas, inversores y nuevos residentes, es decir para hacer en el ángulo noroeste de España esa gran ciudad que se necesita para cubrir el vacío entre las otras dos metrópolis internacionales del Noroeste ibérico : Bilbao y Oporto, y para compensar el desequilibrio urbano con el eje mediterráneo, poniendo una gran ciudad gallega en la órbita de las grandes ciudades españolas. Y como elemento simbólico un puente entre Lorbé (final de la vía ártabra) y Ares (para conectar con la autovía de Mugados a la autopista). También ese puente nos situaría entre las imágenes de la modernidad. Y para terminar ¿qué tal si sobre el mismo puente se trazara el nuevo ramal del AVE Coruña-Ferrol? Con el dinero de uno se podrían hacer los dos. Y de manera colateral se daría un paso para acercar los campus universitarios, para unir las autoridades portuarias en un gran puerto que podría situarse entre los cinco primeros de España, para ofrecer un destino turístico muy atractivo en torno al Golfo Ártabro, y para darle a Galicia ese impulso que necesita porque hasta ahora llevamos años situados en las mismas posiciones de juego, sin vislumbrar ningún proyecto de futuro con la suficiente envergadura. Y que conste que aunque sea sin fusiones la idea sigue siendo viable, aunque más dificil.
Sé que son ideas visionarias, que no pasarán de ser un sueño que algunos ciudadanos tenemos, y que todos los miembros de esta Asociación Metropolitana compartimos y deseamos, pero no está de más recordarlos de nuevo, más cundo la mediocridad política y la visión localista y cortoplacista no es capaz de pensar el futuro con ambición. Aquí hay una gran proyecto, aquí hay una ambición de ser, aquí hay una estrategia de futuro. Por ahora es poco probable pasar de ahí para dar un paso más, pero no está de más recordar una gran oportunidad, sabiendo que solo las comunidades capaces de concebir grandes proyectos con visión de futuro, son las que al final terminan ganando.
Es el camino que un día emprendió Barcelona, que después siguió Bilbao y Valencia (aunque con procedimientos inadecuados) y que ahora intenta Málaga. ¿Y nosotros por qué no? Tenemos las bases pero nos falta el liderazgo.