Sobre la ineficacia de los servicios del ferrocarril en Galicia y posibles soluciones para mejorar su actividad.
El mal llamado “Eje Atlántico” cuya finalización provisional entre Vigo y Santiago ha tenido lugar a mediados de abril, es sólo un 65 % del Eje Atlántico prometido. Galicia no debe aceptar que se le venda una parte por el todo y que la infraestructura capaz para el siglo XXI se quede en A Coruña, sin llegar a Ferrol, y en Vigo, sin unir nuestra Comunidad con Portugal.
Este trozo de infraestructura, ha costado hasta ahora si hemos de creer a Fomento, 2.200 millones de euros, ha quedado apta sólo para velocidades de 200 km/h. tras esta magna inversión, desembolsada a lo largo de 14 años. Es decir, igual coste que la Línea de verdadera Alta Velocidad (300 km/h) construida entre Almodóvar del Río (Córdoba) y Málaga, que tiene exactamente la misma longitud de 155 km, y que se finalizó 7 años después de iniciarse.
Sin embargo, las prestaciones de una y otra no son las mismas. Frente a los 80 minutos que emplean los trenes más rápidos de Renfe-Operadora para ir de A Coruña a Vigo con 3 paradas, los cordobeses, recorriendo 15 kilómetros más hasta Almodóvar (es decir 170 km), llegan a Málaga en 65 minutos, haciendo 2 paradas. Las velocidades medias son de 116 km/h para nuestra línea y 157 km/h para la línea andaluza.
En todo caso, lo que no es de recibo por los usuarios del corredor del Eje Atlántico es que Renfe-Operadora haya despachado la implantación de los servicios por la nueva línea desde abril con menor número de servicios que los que había hasta entonces. Más rápidos sí, pero menos frecuentes. Antes del cambio 16 trenes diarios unían Vigo y A Coruña. Desde 17 de abril son 15 de Vigo a Coruña y 14 de Coruña a Vigo, si bien se ha sustituido un servicio lento por uno rápido en cada sentido.
El reparto de los trenes entre las dos ciudades extremas es además, irregular, dejando “huecos” durante la jornada de entre 2 y 3 horas, sin ningún servicio entre las dos ciudades extremas de la línea.
Puede asegurarse que Renfe ha elaborado una oferta inadecuada y cicatera para atender uno de los mejores mercados de tipo regional que ella misma asegura tener. Lo que supone un desprecio para sus clientes en particular y para Galicia en general.
Debemos desmontar la explicación de que el uso de trenes de mayor capacidad (30 % más de plazas) suponga una mejora del servicio, pues los problemas existentes de capacidad (normalmente en los días punta viernes o domingos por la tarde) se cubren ahora, como antes, con composiciones dobles. En realidad el incremento de plazas es una consecuencia de que Renfe no dispone de trenes más pequeños para prestar servicios por encima de los 160 km/h.
La Xunta de Galicia, que dice representarnos, las administraciones locales afectadas que deben representar a sus ciudadanos, pero también las asociaciones empresariales, sindicales, y las propias Universidades, cuyo alumnado y profesorado son usuarios frecuentes, deben emprender una campaña de reivindicación, tan civilizada como justa, en demanda de:
– Servicios rápidos cadenciados, esto es, con frecuencia uniforme. Cada hora, por ejemplo, pudiendo intercalarse algún servicio intermedio en horas y días punta, en lugar de duplicar las composiciones, para lo que ni los trenes (que solo tienen una puerta por cada 70 viajeros), ni algunas estaciones como Santiago o Vigo están capacitadas debido a la estrechez de sus andenes.
– Renfe debe además, realizar alguno de los servicios citados entre A Coruña-Vigo y viceversa, con una sola parada en Santiago. Probablemente de primera hora de la mañana, mediodía y tarde/noche. La razón es que estos servicios son utilizados por personas que van a su trabajo o estudios, y el recorrido de 45 minutos entre Vigo y Santiago, al ser interrumpido cada 12/15 minutos con paradas intermedias, impide la concentración y resulta molesto para quienes realizan el recorrido completo y desean aprovechar el tiempo para tareas laborales o académicas.